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viernes, 25 de febrero de 2011

Diario de una infidelidad.

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ace una semana todo comenzó. Era domingo por la tarde, casi de noche, la luz del sol era escasa. Portaba mi equipaje de viaje cuando abrí la puerta del piso y allí me la encontré, desnuda. Así comenzó.

Nadie esperaba mi presencia en el piso, el viaje se habia retrasado, sin embargo la urgencia me obligo a buscar una alternativa, quizas el susto de no esperarme fue lo que provoco que no hiciera ademan de taparse. Mis ojos pudieron contemplar aquellos pechos voluminosos que solo podia contemplar en la epoca de verano cuando se ponia un top o el bikini para la piscina. Entre sus ingles apenas mostraba un leve signo de negrura. Ella tenía pareja y yo hacia meses que había terminado con mi relación. De pronto sus manos de movieron, mientras con un brazo tapaba sus pezones, procurando ocultar tambien sus pechos, con la otra lo intentaba en su sexo. Pegada a la puerta del bajo, se giro para abrir y coger una toalla mostrando sus redondeadas y pequeñas nalgas. Regalandome a la vista y retina la mejor imagen que jamas podria haber encontrado en internet.

Durante esa semana no pude borrar de mi memoria su silueta y cada noche me masturbaba pensando en ella. Era viernes y como siempre, salvo epoca de exámenes de la facultad, bajabamos a tomar algo al bar de enfrente a la facultad. Antes de pagar el dueño me susurro en bajo que notaba algo diferente en "Sonia" (así se llamaba mi compañera de piso). Como una inspiracion divina en ese momento ella aprovecho para ir al baño, mientras me terminaba de comentar me miraba de manera diferente. Aunque no le dí importancia, por dentro me excitaba el pensar que fuera cierto. Que pudiera tener sexo ella. Pagamos y volvimos al piso, aunque pensando en las ultimas palabras que me habian dicho mis feromonas pedían sexo a gritos. Empece a tontear desde ese momento que salimos del bar, y con preguntas insuantes buscaba un acercamiento, intentando comprobar si aquello que me habian dicho podria ser cierto y tener esa noche algo de sexo sin compromiso con ella. Lo mejor llego cuando entramos al portal y entrando al ascensor donde me pegue bastante a ella y nada mas pulsar el boton mis manos rodearon su cintura acercandola a mi y descendiendo por sus nalgas en direccion a su sexo pegue mis labios a los suyos y la comence a besar.

Aunque a mi mente vino el hecho de que tenía su pareja, el cual conocía y compartíamos una buena relacion aparte de tomar de cañas, charlas y a veces inquietudes de Sonia no desistí en lo que estaba haciendo, mas bien fui subiendo su falda por los gluteos y a la vez que la iba levantando mis manos iban girando desde sus nalgas hacia sus ingles, aparte ligeramente su ropa interior, lo justo hasta tocar su sexo. Expiro, exhalando de manera profunda un baho cálido que parecía contenido, pero deseado, quizás desde hacia tiempo, mucho tiempo. Tanto que no se resistió y sus manos también se posaron encima del bulto que mi miembro marcaba en el pantalón. Bajo la cremallera y siguió con el manoseo hasta que saco totalmente mi pene de mi ropa interior, frotando todo el tronco para dejar el glande al descubierto  proporcionando me unas caricias excitante lo que provocaba que junto a mis deseos de sexo lubricara sin mayor problema. Hasta el punto que si seguia acariciandolo así no tardaría en correrme y eyacular. Levante su cuerpo por la cintura y posando sus nalgas en el estrecho pasamanos del ascensor me agache y apartando ligeramente su braga comence a lamer y comer con suavidad su rico y viscoso flujo que emanaba del interior de su sexo. De pronto el ascensor se paro.
Llegamos al piso y no podia esperar mas, insinue que se sacara la chaqueta, y mientras iba sacando las mangas de sus brazos con desespero rompi la camisa en dos arrancandola con las manos, besando sus pechos, a la vez que con las manos sacaba del sujetador sus pechos. Las ansias se habian apoderado de mi. Vi para sus enormes aurerolas rosadas con aquellos pezones empitonados y duros como piedras, los cuales lamia y succionaba con mi boca, comenzando a dar pequeños mordiscos y tirones, deseando que se excitara mas y a la vez se pusieran mas y mas duros. No se hizo de esperar su reaccion, sus manos liberaron el boton del pantalon, sacando tambien el cinturon, dejandome caer los pantalones hasta los tobillos y tomando mi pene con fuerza e intensidad empezaron las sacudidas que me propinaba por el tronco. Estaba completamente excitado que de la punta de mi glande se concentraba una perfecta lubricacion; siendo aquellos roces, sacudidas y agites un deleite para mi cuerpo. Mas palpitaba mi pene, mas erecto y empalmado me tenia. Mi lengua lamia la separacion de sus pechos, insinuando los deseos de tomarlos y deslizar mi sexo entre ellos. No paraba de ensalibar con impetu a la vez que sentia el tronco de mi miembro mojado del flujo que mi pene escupia a sus manos a lo que ella extendia sin parar de hacerlo de manera violenta.
Termine de humedecer sus pechos, y volvi a darle mordiscos un poco mayores, buscando que la reaccion de su cuerpo pidiendo que desistiera del dolor, pero no protestaba, solo aumentaba con mas desespero el agite de sus manos sobre mi tronco. Hasta que note como las ansias se apoderaban de su cuerpo. Sus manos se apoyaron en mi nuca, presionandome con fuerza contra sus pechos y con mas fuerzas cuando mordia y lamia sus pezones. Separe los ojales del sujetador y pude contemplar nuevamente aquellos voluminosos y redondos pechos que habia visto. Y sin esperar mas, mis manos llegaron a su braga, que estaban completamente humeda y mojada. La aparte a un lado de sus ingles y hundi el dedo corazon y anular dentro de su sexo.
Comenzando a menearme dentro de su sexo a la vez que por momentos estimulaba su clitoris con el dedo pulgar. Mis dedos se mojaban y empapaban de los flujos que vertia, minimizando la friccion dentro de su vagina y facilitandome los movimientos rapidos dentro de su sexo. Sin decir nada pare, y sacandolos los lleve a la boca y para sorpresa de sus ojos los lami, saboreandolos con la lengua hasta relamer los labios, y volviendo a hundirlos dentro una vez mas.
Su cuerpo se arqueo hacia atras, sus piernas se abrieron ligeramente un poco mas, dejandome su cuerpo a la vista, comenzando a gimotear sin parar, y a tocar y apretar con sus dedos sus pezones, apoderada del deseo, del placer, de la lujuria comenzo a gemir entre cortado hasta que llego su primer orgasmo precedido por escalofrio que recorrio sus piernas como si de un rayo tratara. Aparte las manos nuevamente viendo su rostro agotado y agarrotado del placer; sus mejillas sonrojadas denostaban el calor que su cuerpo habia sufrido. Las volvi a lamer suavemente. Deleitandome de su viscoso y humedo flujo, de su dulce aroma a sexo.
Sin tregua tome su cuerpo por la cintura y de frente a mi la arrime a la pared, presionandola por el adomen, me agache y abriendo al maximo sus piernas comence a comer ahora su sexo con mis labios. Mis pulgares separaron sus inflamado e hinchado labios vaginales, los cuales aun estaban humedos, y calidos. Y comence a jugar con la lengua sobre su clitoris, succionandolo, chupandolo, y jugando dentro de la boca con el, dando a veces pequeños y leves mordiscos, a los que reaccionaba moviendo sus piernas como si fueran unas dulces cosquillas. Sus manos no tardaron en sujetarme. Al igual que su sexo no tardo no tardo en fluir, segregando y derramando las primeras gotas calidas que poco a poco fueron mojando su sexo para deleite de mi boca y labios. No conseguia secar aquel flujo que me regalaba bajo los sonidos hondos que su garganta expulsaban. Aumente los roces y embistes de mi lengua sobre su clitoris hasta que derramara mas flujo para saciar mi sed de su sexo. Hasta que sus manos me apartaron, mirando en su rostro las ansias de sexo. Y tirandome al suelo frio del piso dio dos pasos acercandose a mi, y agachandose tomando con sus manos mi miembro comenzo a masturbarme nuevamente poseida del deseo y de las ganas de sexo.

jueves, 24 de febrero de 2011

Colaboraciones: Lo conocí por Internet. Dulce Maria

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Lo Conocí por Internet
 
Me quede sola en vacaciones, necesitaba dormir hasta tarde. Quedaba chateando y escribiendo relatos todo el tiempo, leyendo opiniones de lectores, adicta a la computadora, aunque siempre dispuesta al encuentro; y acostarme a cualquier hora. Aunque sean a veces difíciles de concretar…

A través de los relatos coincidí con un hombre que me relato lo mucho que había disfrutado de un relato, y lo que había disfrutado de imaginarme.

Era divorciado, aproximadamente 45 años. Tenia una hija casi de mi edad y me hacia reír bastante cuando chateamos una vez. Fotos no tenia para mandarle por que no quiero que circulen por ahí aunque pensé que mandarle solo mis tetas estaba bien, lo que el agradeció y alabo…

En el chat pudo verme y le encante, por telefono me dijo piropos entre ellos "que estaba mas buena que el pan". Su sentido del humor fue lo que me convenció.

Era de mi ciudad y me gustaron sus fotos, tenía una miembro bastante gordito, imagine acabando encima de ello en cualquier lado; había hecho en mi mente una imagen bastante viva de todo lo que iba a disfrutar.

El tenia horarios bastante flexibles, se dedica a arreglar computadoras o sistemas informáticos, lo que nos permitió un encuentro apenas yo saliera de mi trabajo, que no es tarde.

Me esperaría en la esquina, un gol azul. Yo había pensado en algún lugar público para vernos por primera vez, quizás tomar un café y ver si me gustaba personalmente. Ese dia ya el señor de la seguridad de mi trabajo me vio distinta, por que aunque siempre trato de vestirme linda, ese día estaba particularmente bonita. 

El vestido era sin breteles, corto y finito. Los zapatos de plataforma estiraban mi figura y el pelo suelto me hacia ver todavía mas joven de lo que soy realmente, lo que hacia un conjunto provocador.

El estaba puntual en la esquina, o habría dudado en quedarme probablemente si no hubiera estado ya ahí esperándome. Me subí al auto y al verlo me sorprendí. Personalmente también me gusto. 

Me llevo a un bar algo lejos, lo que aproveché para observar sus manos bien grandes, que paso algunas veces por mi pierna y mi cara. Me decía lo linda que estaba, que realmente parecía de 22 años… y lo bien que la iba a pasar conmigo.

Nos sentamos al bar y bien podría parecer su hija, aunque no me comportaba para nada de esa manera. Por debajo de la mesa cruzaba mis piernas ya pensando en sus dedos volviendo a mi mente aquella hermosa verga que me mostrara en fotos. Me calenté y dude en acariciar la cara interna de sus piernas con las mias.

Le conté lo mucho que me habían gustado sus fotos y sus palabras. El pidió dos copas de vino y me pregunto que quería yo con el.

Le conté que mi fantasía era tener un amante que me enseñe todo, que me lleve a lugares lindos, que me compre lindas cosas para usar con el y que me haga sentir bien putita.

El me contó que siempre que yo quisiera el estaría dispuesto a enseñarme todo y que me iba a dar plata para que compre lo que el me diga nada mas. Que me tenía que portar bien si quería ser su putita. Que el buen comportamiento seria retribuido.

Yo accedí encantada. Todo eso me daba mucho morbo. Nunca pensé que jugar de esta manera con alguien me iba a resultar tan excitante.
Ya quería salir de ahí corriendo con el y por suerte entendió enseguida.
Me llevo  a su oficina que estaba cerca. En el auto comenzó a sobar mis tetas por encima del vestido. Mis pezones explotaban de placer, yo acariciaba su pene fuerte pero lentamente lo que hacia que se ponga bien dura tratando de estirar mas su pantalón que no era tan amplio.

Su miembro ya se sentía grande y gorda, súper caliente. Al bajar saludó al portero mientras este me miraba las piernas y subimos al ascensor riéndonos. Arriba apenas cerro la puerta me sentó en el sillón y separo mis piernas todo lo que pudo. Me mordió la bombacha y, por debajo de ésta, mi clítoris, y yo salté de placer.

Me corrió la bombacha y me metió los dedos un poco, comenzó con su lengua a acariciar rápidamente mi clítoris, lo que me sacudió completamente. Iba a acabar pero no quería. Quería acabar con su pene, la que me había encantado de el desde el primer momento.

Me dijo “que mojada estas nena” y yo, mirándolo bien puta, con una media sonrisa, le conteste; “mejor cogéme bien duro papi". Lo pare con mis manos y le pedí que se pare.

Me quite el vestido y la bombacha para quedar desnuda frente a el, y me agache nuevamente para chupársela. En algún momento se había sacado casi toda la ropa, no recuerdo cuando, apenas tenia la camisa y sus calzoncillos, negros y grandes. Saque suavemente su pene para mirarla y comencé a chuparla despacito, con mi lengua recorría la cabeza y el tronco como un chupetín. Con las manos la acariciaba de arriba a abajo. Era rica y dura. Comencé a chuparla decidida y constante, a el le gustaba y con sus manos me guiaba.

Paró, y me dijo que me ponga en cuatro patas. Me apoye sobre el sillón, y el se puso detrás de mi. Comenzó a apretarme los pezones, y a pasar la punta de su miembro por mi sexo. Estaba poniéndome a mil, no podía mas, sentía la necesidad de que ese pene me atravesara completamente hasta al fondo. El se dio cuenta y me la metió de una. 

Sentí un dolor conocido que me obligo a gritar de placer por que estaba siendo cogida como yo quería, muy hasta el fondo. El me daba fuerte por detrás, sentía su pene bien abultado y apretado, gorda y caliente. Golpeaba con firmeza mi culo y sentía sus huevos duros cogiéndome. 

Me apretaba fuerte un pezón con una mano y con la otra me tenía agarrada de la cintura para que nunca se saliera su pene de adentro. Mi orgasmo fue bien fuerte, nunca había sentido algo así, me sacudió toda y me temblaron las piernas.

El no paraba nunca, al sentirme acabar me decía “si, nena así, muy bien mami acaba”, seguía cogiéndome. Ahora con sus dedos me tocaba las nalgas  Metía un dedo o dos, a veces apenas tres, eso me encantaba. Me escupía para lubricarlo y también usaba sus propios jugos. Imagine lo que quería hacer y eso logro ponerme algo nerviosa…

Nunca me habían cogido por ahí aunque en mis relatos siempre describía lo mucho que me gustaba. El lo sabia y eso a le encantaba. Yo gritaba de placer y decía a todo que si, que era suya, su nena y que iba a hacer todo lo que el quisiera.

Me incorpore un poco y el me agarro fuerte con las dos manos la cintura.
Su miembro seguía tan dura como siempre, ¡yo no podía creer su aguante!

Estaba aun súper excitada por que ya me había repuesto del todo e intentaba que el no saque su pene de mi sexo. Quería que se quede ahí por que me encantaba, con mi mano derecha me tocaba y estaba casi por acabar nuevamente. El me empezó a decir la lindo que era mi culo, y lo bien que lo tenia, y que le gustaría cogerme por allí.

Yo dije que no pero el ya estaba decido. Yo estaba casi explotar con mis dedos en mi clítoris mientras el me cogía bien rápido, con golpes secos y a la vez metía sus dedos en mi ano. Al primer espasmo de mi orgasmo el saco su penea y me la metió de lleno en la ano... Yo grite de dolor aunque no evito que acabara al mismo tiempo.  

El también gritaba aunque de placer y pronto sus movimientos se hicieron cada vez más rápidos y secos. Sus pelotas estaban hinchadas y en un ultimo grito de placer ambos acabamos al mismo tiempo… corriendose y eyaculando dentro de mi ano ya dilatado, no paraba de decirme lo buena nena que había sido, que me había portado muy bien y que me merecía todos los premios.

Eso me calentaba mucho… Salio de mi lentamente y se incorporo, me levanto y me llevo al baño. Me beso y preparo un rico baño para que esté bien limpia. El mientras se reía y hacia chistes tontos. Yo nunca había disfrutado tanto un polvo en mi vida.

Les recomiendo a todos el disfrute libre. Hagan realidad sus fantasías amigos! Yo la pase bárbaro y todas mis expectativas se cumplieron… y más. Aun sigo viendo a Mario de vez en cuando, el me regala bombachitas de lunares y ropa sexi o perfumes, me lleva a lugares lindos y cogemos bien rico siempre.
 
 
 
Me encantaría que me escribas a ver que te pareció mi relato. Gracias a este blog por publicar tambien el relato. Besos a todos! ladulcemaria84@gmail.com

miércoles, 23 de febrero de 2011

En el jardin de la piscina con B

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Aquel día era caluroso, decidí bajar y comprobar la  famosa piscina que había compartida para todos los vecinos. Cuando  llegue allí estabas tu, pelo largo y liso, de ojos castaños y con  una sonrisa dibujada en los labios; esa que siempre mostrabas cuando nos cruzábamos; la  verdad es que esos labios eran difíciles de olvidar.



Hacia un par de meses que me había mudado a aquella ciudad, habías sido la primera  persona que me había impactado hasta el punto que no podía sacarte de  la retina, siendo la persona a la que evocaba en mis fantasías eróticas y en quien pensaba cuando me masturbaba; y descubrir que éramos vecinos era perfecto.


Bañador de dos cuerpos, color verde claro, que resaltaban aquellas aunque aplastadas figuras redondas voluminosas que eran tus pechos,  era delicioso para la vista, mostrando y marcando tus pezones; y verde mas oscuro abajo, donde lo mas oscuro eran aquel color, sin mostrar  señal alguna de que hubiera pequeñas hebras rizadas como serian los vellos ocultos de tu  pubis. Me daba una ligera impresión de como lo tendrías.

Tu rostro  lucia unas gafas negras que ocultaban tus ojos. No estabas mal, y verte así de imprevisto y en bañador casi me hizo sentir algo avergonzado y excitado. Suerte que mis gafas de  sol, me ayudaban a que apenas se notara.

Acostada en aquella tumbona  blanca de resina no pude dejar de repasar tu cuerpo, delitandome con cada centímetro a la vez que por mi mente pensaba (¡¡¡mmmmm!!!) lo delicioso que podría llegar a ser tener sexo contigo.

 Con aquellas imaginaciones estaba excitado, con una erección más vigorosa a ninguna anterior. Mi bulto asomaba  visiblemente, marcando una curva en el bañador imposible de ocultar,  salvo la toalla que me sirvió para salir del apuro.

Al pasar por tu lado levantaste las gafas con una de las manos y  sonriendo me diste los buenos días y mirando para la separación de tus pechos, y lo que podría hacer contigo los contesté, terminando de grabar en mi retina tu cuerpo, pensando cada vez mas en lo tremendo y posiblemente salvaje que podría ser tener  sexo contigo...
 
Seguía derritiéndome y excitando más y más al pensar en ti y rememorando en todas  las fantasías anteriores que había mantenido. Me acerque a las  tumbonas apiladas y cogí una, y para no ser demasiado indiscreto la  coloque de manera que si arquearas tu cuello y lo giraras hacia la  izquierda me pudieras ver. El único inconveniente era que la piscina  estaba a tus pies; la ventaja era que aquí apenas daba el sol.

Pose la toalla y saque las gafas y la camiseta; pero seguí notando un poco la erección, lo cual sería un problema, si te giras. Aproveche y desanudado  el bañador, acomodo un poco mi pene para pasar  inadvertido, no lo consigo, la erección era tremenda y cuanto mas me toco, mas me empalmo y el miembro mas tarda en bajar la erección, lo cual no tuve  mejor idea de así que dar una pequeña carrerilla y saltar al agua de  pie, consciente de que igual te chapoteo y que eso te pueda molestar.  Pero no puedo hacer otra cosa.

Llego al fondo y contando hasta diez me impulso hasta subir a la superficie. Apoyo los brazos y codos en el bordillo, estoy frente a  ti, lo se, no te miro, no quiero levantar sospechas. Poco a poco mis  ojos van acercando la visión a donde estas, tu espalda esta un poco  mas levantada y como si fuera a propósito te das cuentas que mis ojos se fijan tus piernas, las separas, provocándome mas, permitiendo que pueda avistar tu sexo, buscando la raja de tu vagina. Ardo en deseos, y por mas que lo  intento no dejo de mirar fijamente ahí, donde tus manos están apoyadas sobre las ingles; como si hubieran recolocado el bañador, que en  verdad lo haces mientras miro. Inconscientemente o no, lo sabes, me pones a  cien. Creo que lo sabes. Vuelvo a sentir como mi erección vuelve con más fuerzas. No puedo bajar las manos, y demostrar lo que estas  consiguiendo. Aprieto mi cuerpo a la pared y noto mi pene palpitar,  deseoso de tener sexo contigo. De pronto un largo escalofrío recorre  todo el miembro, se que te has dado cuenta, y sin disimulo acomodo mi  pene empalmado y erecto.

Levantas las gafas y con aquella sonrisa que te caracteriza me pides  que te eche crema en la espalda, a lo que no puedo decir nada, solo me  preocupa la erección que aun noto dentro del bañador.  Me acerco a la  escalerilla que esta a mi derecha y mientras subo no puedo evitar que  durante las fracciones de segundo que tardo en salir del agua puedas ver el bulto que se esconde. Salgo y estiro el bañador desajustándolo  del cuerpo. Quizás te hayas dado cuenta, quizás no... pero me  encamino hacia ti. Aunque aquella sonrisa de satisfacción que dibuja  tu cara me revela que te habías percatado.

Cuando llego te desprendes de las gafas, me miras a los ojos sin  ningún disimulo y sonriendo me extiendes el bote de la crema, a lo que  me dices: "Gracias, es complicado llegar a la espalda" a lo que  respondo con un susurro, "No hay problema... es para mi un placer". En  ese instante haces un giro con tu cuerpo y te tumbas boca abajo  indicándome con una mano que me siente en un hueco que has hecho en la  tumbona a la altura de la cintura.

Al sentarme das un respingo por lo mojado que aun estoy del baño. "Ah  que frío estás"... dices entre risas, a lo que contesto "No te  creas... menos de lo que notas". Ambos dejamos escapar una carcajada  porque somos conscientes de mi excitación. Giras la cara a un lado, hacia donde estoy, puedes verme de reojo. Mis manos recogen el pelo  mientras te digo "Voy a apartar tu pelo o te lo mancharé...". Mis  manos lo recogen llevándolo hacia arriba mientras aprovecho para tocar  tu nuca. Te estremeces por el contacto de mis dedos, como si fuera la  caricia más excitante. Noto como tu piel reacciona. "Tienes la piel  muy sensible, digo. Pero no contestas, solo miras y sonríes; y acto  seguido te digo "Espera... que así será más fácil..." y levantando  un poco tu torso y las manos hacia atrás, desanudo la parte superior del bañador las tiras de los hombros hacia los codos. Sin importarte  el tener los pechos sueltos vuelves a reposar el cuerpo en la tumbona.

Mis ojos contemplan parte de tu pecho que casi ha quedado liberado de  la tela y apenas contemplo asombrado que son un poco mas grandes de lo  que pensaba. "Ya estoy lista". "puedes empezar...". Mis manos llenas de crema se posan a la altura de las costillas. De nuevo te estremeces  al contacto de la yema de mis dedos en tu piel. Mis manos empiezan a resbalar por la piel y con cierta presión como si de un masaje se  tratara. "mmmmmmmmmm" Escapa de tu boca, sientes que mis manos han  encontrado la manera perfecta de excitarte... tu piel por momentos  reacciona poniéndose de gallina. No hace falta imaginar que eso te  excita sin más.

Mis manos han extendido completamente la crema por tu espalda pero  lejos de parar continuo masajeando tu espalda, continuando ahora las  caricias por encima del bañador bajando hacia tu cintura, que sin  mucho preámbulo bajan hasta llegar a tus glúteos, donde mis manos con  firmeza aprietan, como si fuera un experto masajista, mis deseos por introducir una mano desde ahí hasta llegar a tu sexo se hacen de rogar y esperar. Mi mente vuelve a llenarse de fantasías e imaginaciones,  que el cerebro transforma en impulsos que aceleran el corazón y mas el  mi pene que volvía a estar flácido. Siento como unas abrumadoras palpitaciones se concentran desde arriba hasta abajo.

Continuo con los roces de mis dedos, pero esta vez aparto un poco mas  el borde de la tela de tus nalgas, presiento que tu sexo esta mojado y húmedo; me llenan unos deseos de agacharme y deleitarme con los jugos que emanan de entre tus ingles. Mientras sujeto con una mano la tela, empujo con el dedo corazón de la otra dentro. Tus manos se extienden y tocan por primera vez el bulto erguido y duro que se esconde tras mi  bañador. No tengo reparos de aflojar el nudo que aprieta la ropa mientras miro a un lado y al otro; no veo a nadie, y como en un  abrir y cerrar de ojos esta aflojado para que puedas meter tu mano  dentro, y echando un vistazo hacia arriba viendo que no hay nadie alrededor te susurro "Porque no metes tu mano dentro..." a lo que tus  manos responden colándose por arriba del bañador en busca de tu  ansiado juguete.

Tus manos rozan y acarician despacio todo el tronco, tratando de  dibujar en tu mente la longitud y diámetro de lo que aun no has  podido contemplar con tu vista. Deteniéndose en el glande el cual  desnudas de la piel que lo cubre, masajeándolo despacio, aprovechando  la humedad que se concentra alrededor para que tus dedos se empapen y  se deslicen con facilidad. Aquello me derrite y delira que sin  importar la presencia de alguien deslizo el bañador hasta dejar todo el miembro fuera. Y yo separo mas tu bañador y tiendo la tela casi a  mas de la mitad de tus nalgas aparto tus manos para tomar yo el falo  de mi cuerpo y lo hundo sin mas reparos dentro de tu sexo.

Tu cuerpo corresponde levantando las caderas y dejando las nalgas un  poco inclinadas, recostando tu cuerpo hacia atrás facilitándome el que  te pueda penetrar y moverme aun de forma incomoda pero placentera  dentro de tu cuerpo. Tus pechos quedan un poco levantados, lo que  aprovecho para escurrir mis manos por debajo para bajar un poco mas el bañador y buscar tus pezones para poder retorcerlos a placer, lo cual  me pides que lo haga despacio, pues la tumbona te esta lastimando y te  molesta.

Tus pezones están tan duros, lo que me excita y me incita a jugar con  ellos un poco más. Recogiéndolo entre mis dedos voy dando giros en  forma de círculos a la vez que los sigo apretando un poco mas  simulando mordiscos, y dando pequeños tirones; empitonándose más y  más... Entre las embestidas y cabalgadas que doy dentro de tu sexo me voy inundando de placer.

De tus labios se escapa un pequeño gemido. Aquello provoca a que me mueva un poco más fuerte, y no desista de las caricias en tus pechos. Tus labios no pueden evitar que sigan  escapándose gemidos. Seguramente estaríamos mucho mejor en la casa,  pero no quiero perder la oportunidad que tengo de hacerlo contigo.  Agarro tu cintura, y te empujo hacia mí. Dejando que tu cuerpo pueda  cabalgarme a placer. Mis dedos se escurren por dentro de tus ingles, tocando y acariciando el corto vello pubico, mientras sigue entrando mas mis manos buscando con desespero tu clítoris, que no tardo en  masajear, buscando que tu excitación sea plena y extrema. Mis dedos se  mojan de los flujos que desprende tu sexo, lo que aprovecho para  seguir masajeadote como hacia antes con la crema. Tus gemidos se  vuelven más continuos, y tus pechos no dejan de menearse al ritmo que  tus caderas han marcado en la penetración.





Siento una mezcla de calor recorrer todo mi cuerpo mezclándose con la  gotas de agua que todavía quedaban del chapuzón improvisado, siento  como empujo dentro de ti, siento como roza dentro cada centímetro de  mi miembro, está siendo mucho más placentero de lo que esperaba. Ahí dentro se está caliente y húmedo, cada vez más húmedo y cada vez  más mojado. Te escucho gemir y veo como mueves tu lengua entre tus labios, estás a punto de correrte pero decido ser malo y hacerte  esperar y dejo de embestir. Salgo de tu interior sin hacerte daño pero  algo violento, excitado y apurado por la situación, después de todo alguien nos puede ver.

Las mejillas de tu cara están sonrojadas por todo el ejercicio realizado, giras tu cuello rápido, apunto de reprochar el que hubiera parado sin mas, pero no dices nada solo tus  ojos se abren como platos, giro y veo alguien entrar, se une a la fiesta. Es el vecino  que separa nuestros apartamentos.

Muevo las caderas con delicadeza, sacando mi pene despacio de tu vagina, como si no estuviera pasando nada, pero sin embargo me sorprendes cuando estiras un brazo y con la mano incitas a que se acerque nuestro invitado a la vez que susurras en bajo "No salgas por favor, no quiero que pares por favor de follarme”.

Se acerca el vecino, un hombre cincuentón, posiblemente más, con un  largo bañador azul y sin tiempo de reacción tocas y frotas su miembro  buscando su rápida erección. Con las manos le bajas un poco su ropa,  a lo que corresponde con sus manos ofreciéndote su miembro. Te acercas  un poco mas hasta agarrarle mi miembro y metértelo en la boca."Ahora podemos continuar...". Seguía penetrándote despacio buscando que tu  humedad me inundara "Uhm... qué bien lo haces suave y profundo" su  excitación era generosa por que mi miembro estaba muy mojado.

Después de un tiempo lamiendo y chupando su pene descubro que a mi  también me excita la situación. Y pienso... (no me importaría estar  con este viejo metiendo los dos por sus agujeros) siento latigazos y  palpitaciones, casi una promiscua y ligera eyaculación siento mientras  me corro pero tú también decides ser mala conmigo y paras con esa  sonrisa maliciosa.

"¿Y si me dais los dos a la vez...?" No puedo contener más mi  excitación. Nuestro invitado se aparta y yo me levanto para luego  tumbarme en la tumbona. Apartas el bañador mientras subes los pies a la tumbona, vas flexionando las piernas bajando en busca de mi  miembro; tomo mi pene colocándolo frente a tu vagina, siento como voy  entrando, penetrándote, bajo la atenta mirada encima de mi cabeza de  nuestro vecino. Te acomodas y agarrando tus nalgas con mis manos vuelvo a penetrarte esta vez de frente, de manera salvaje, casi  violento, una dos, una y otra vez, gimes de placer y yo también hasta  que siento una mano que toca mis rodillas, a la vez que dos rodillas se  acomodan junto a las mías. Suelto tus nalgas y libero tus pechos fuera  del bañador.

Le ofreces la crema bronceadora para que dilate  tu culo y no te duela. Se unta las manos y empiezas a balbucear y gemir cuando comienza a presionar con el dedo pulgar tu ano. Lo que yo aprovecho para acercar mi rostro para chupar y mordisquear tus pezones. Mojándolos y ensalivándolos en mi boca, tratando de dar tirones hasta explotar más tu delirio. Sueltas algún que otro grito de locura y placer.

No tardo en notar el pene del invitado empujando y  entrando por tu ano.  Era una sensación extraña pero excitante, no puedo negar que me gustara y que me excitara demasiado. Un par de  sacudidas siento que pronto eyaculare, aflojo el ritmo y continuo estimulando tu clítoris masajeándolos con mis dedos, haciendo círculos y frotándolo a veces de forma violenta y continua. Tu placer aumenta, siguen tus gemidos provocados también por las embestidas y empujes que nuestro vecino te propina en tu ano, moviéndote de adelante hacia atrás sin parar. Agachas tu cuello y mirándome pides que me corras dentro de ti, que estas a punto de estallar. Agarro mi pene y tomándote otra vez, rápido noto tus flujos verter no alivio tu placer, no puedo contener todo eso  que está deseando salir y nos corremos casi a la vez, siento tus jugos salir y siento los míos acompañarte como también siento algún goteo sobre mis piernas posiblemente de la eyaculación de nuestro invitado. Así nos quedamos un instante mientras el se separa, limpiando su miembro y acomodando su pene en su pantalón, anudando su bañador marchando sin decir nada.  Nos apartamos los dos y nos acomodamos los bañadores como podemos, tu voz susurra que desea repetirlo en tu apartamento. Agarro tu mano y caminando te llevare, pero a la casa del vecino para terminar de cumplir tu fantasía, pero esta vez los tres con calma.

viernes, 18 de febrero de 2011

BG que me aporto mucha imaginacion.

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Tenia el rostro mas pícaro que haya visto durante tanto tiempo, sabia que en el fondo de esa silueta angelical se escondía un autentico cuerpo hecho pecado. No resaltaría mas que cualquier otra mujer que hubiera conocido, pero a mi me llamaba de manera especial la atención. Su vestuario morboso, sus gestos eroticos, sus guiños picantes, sus fotos provocativas. Hasta el movimiento menos sexual seguramente siempre conseguiria que mi cuerpo se excitara.

Poco a poco la fui conociendo, era muy cariñosa y amable, bastante risueña, coqueta y todo lo tomaba de buen humor. Sin embargo no se como descubrio que pese a mi apariencia seria, fria y distante se escondia la persona con mas fantasia e imaginacion. Quizas lo descubrio por casualidad, quizas su tentacion...
Era una conversacion mas, sin mucha mas trascendencia de la que acostumbraria a tener, pero las preguntas picaras empezaron a surgir, un conjunto recien comprado traia puesto. Que poco tardo en mostrar.

Las insinuaciones inofensivas se convirtieron en curiosidades profundas.... De repente a mi correo llegaron imagenes provocativas de aquella ropa que llevaba puesta en su cuerpo. Habian calado en los mas hondo de mi... aquello me incitaba a provocarla hasta que la conversacion se transformo en intercambio de imagenes eroticas. Mi cuerpo deseaba tomarla. Mi bulto apretaba en el pantalón reclamando mi atencion. Tenia el pene completamente erecto y empalmado. Hasta el punto que sentia los jugos humedos bordeando el glande. Listo para que mi mano comenzara a deslizar para masturbarme, y poner la cam para deleite de quien me habia excitado.

Las preguntas se hacian picaras, pero con una dosis de provocacion perfecta, queria ver mas, queria que me mostrara todo, y saber hasta donde llegaria a enseñarme.

El vestido era un conjunto negro, que le sentaba bien, muy bien, una chaqueta negra y un collar del mismo collar era lo que me mostraba, pendientes de aro color plata ocultos tras su larga melena, mostrando de forma insinuante sus largas piernas y su pecho. Queria mas, deseaba mas.


Pronto a mi retina llego otra imagen, poco tardo en mostrar su ropa interior negra, que trasparentaba totalmente sus nalgas, con encaje, que cualquier persona desearia deslizar con suavidad y delicadeza, provocando que su cuerpo se erizara. Me dio el tiempo de deleitar la vista y preguntar "¿Te gusta?, ¿A que me sienta bien?".

Mi mano ya estaba acaricando el bulto, mientras seguia escribiendo con la otra. Me habia provocado, lo habia conseguido. No tardo en mostrar sus pecho apretados y ajustados tras el sujetador. Minimo una talla 90. Mi imaginacion comenzo a volar, a sugerir la cantidad de veces que en mis juegos acariciaba los pezones y rozaba los pechos con mi miembro. Aquello que iba escribiendo valio para recibir otra imagen mas de cerca. Casi sus pechos estaban a punto de salir del sujetador. Un escalofrio recorrio mi cuerpo. Sentia palpitaciones que recorrian el tronco, en forma de una falsa eyaculacion.
Pronto llegaron mas fotos sugerentes. Y una invitacion a hacerlo real.
No tarde mucho en llegar, ni de encontrar su domicilio, su boca dibujaba una sonrisa, y sus ojos destellaban la alegria de vernos. Ambos sabiamos que aquella noche terminaria en algo especial. Cerre la puerta del piso y mis manos atraparon su cintura apretandola contra mi, llegando los primeros besos desenfrenados, mi lengua buscaba con desespero la suya, mientras mis labios deboraban con esmero los suyos. Saboreando cada movimiento que haciamos.
Mis manos descendieron hacia sus nalgas, rozando aquellas bragas que me habia mostrado en fotos, y mis labios empezaron a recorrer su cuello, dando pequeños mordiscos debajo del lobulo de su oreja, buscando que llegaran aquellas pequeñas cosquillas especiales que erizaran su cuerpo. Su cuello se aparto y segui dando pequeños y diminutos mordiscos sobre su hombro. La reaccion no se hizo de esperar, sus manos tomaron mi pantalon y desabrochando el cinturon y desabotonando el pantalon senti como sus manos buscaban con desespero el bulto que habia en mi pantalon y que era dificil de ocultar. Senti el primer roce de unas manos gelidas al contacto de mi pene calido, erecto y humedecido.
Mis manos correspondieron, y de acariciar sus nalgas recorri la goma de su braga, y pase a tocar sus ingles, una ligera cosquilla volvio recorrer su cuerpo. Y no me hice de esperar. Mis manos sobre su ropa interior se posaron en su sexo. Estaba humedo, y yo deseoso de hundir mis dedos en el. Todo ello mientras mis labios comenzaban a besar su pechos en busca de sus pezones. El ambiente estaba calido y humedo. Deseaba tomarla... Tomo mi mano y me llevo a la habitacion donde tenia el ordenador.
Levante su vestido dejando su cuerpo tan solo con la ropa inteior, pronto desabroche el sujetador, quedando aquellos preciosos y voluminosos pechos al aire, con unos pezones rodeados por unas aureolas rosadas. Saque de un tiron la camisa y el jersey, me acerque y comence a besar sus pezones duros como piedras, relamiendolos y contorneando con la punta de la lengua su aureala, mientras sus manos terminaron de soltar el pantalon de mi cintura y bajando ligeramente mi ropa interior poco mas abajo de los testiculos tomo nuevamente mi pene y comenzo a acariciarlo dando embestidas suaves y rapidas provocando que mi excitacion creciera y mis ansias por tomarla fueran mayores. Correspondi a sus caricas agachandome y bajando su braga suavemente mientras besaba y lamia sus piernas, llegando al suelo y levanto uno a uno sus pies para sacarsela. Lo que aproveche para quedarme yo tambien desnudo para ella.
Me acerque y tomandola otra vez por la cintura desnudos mi pene se acomodaba perfectamente a su sexo rasurado, otros nuevos besos humedos compartimos mientras mis manos la tomaban por la cadera arqueando su espalda hacia atras a la vez que movia mi cuerpo buscando la postura adecuada para deslizar el tronco de mi miembro sobre la abertura de su sexo. Lo que recibio de buen agrado, dejando que acariciera su clitoris en aquellos movimientos que comenzaban con el glande, que se mojaba continuamente con el flujo de su sexo. Lo que me sugirio que la sentara en el borde de la cama para comerle su sexo con esmero.
Sus piernas dejaron paso al envite de mi cara acercandose a su adomen, para facilitar que mi rostro hiciera contacto en su cuerpo y mi boca pudiera disfrutar, y mi lengua pudiera saborear y deleitarse con el flujo que su sexo emanaba del interior. Era un flujo al principio casi viscoso, pero delicioso, que al poco se fue diluyendo a la vez que mi boca saboreaba y limpiaba, tragando todo lo que su vagina me regalaba, estaba sediento, sediento de sexo. No tardo en llegar un orgasmo que aproveche para dedicarse suaves caricias para volver otra vez, provocando que tuviera dos mas. Esta vez con mis manos como invitadas sobre sus pechos, retorciendo sus pezones, explotando sus deseos. Procurando que sus delirios fuera extremo.
Lo mejor llego cuando me levante. Vi en su cara un reflejo de satisfaccion. Espero a que me incorporara y sus manos abrazando mis nalgas me acerco a ella y sus labios se fueron abriendo mientras su lengua comenzo hacer las delicias de mi glande. No reprimi posar la vista sobre ella, mientras con mis manos acariciaba sus hombros separando el pelo para que no le molestara, aprovechando en ocasiones para rodear su cabeza y forzarla a que aumentara el ritmo con que me succionaba el pene. Por momentos el ritmo de su cuello aumentaba mientras con sus labios apretaba el contorno a la vez que lo iba ensalibando para volver a deslizarse a traves de todo el tronco empalmado que me provocaban aquellas dulces y excitantes caricias. De repende sentia unas cosquillas que subian por mis piernas y se concentraban en mis nalgas, sentia unos pequeños latigazos que se tranformaban en un orgasmo previo a una eyaculacion. Cada empuje de su boca mas que calentaba, mas me excitaba, mas deseos de eyacular en su boca sentia. Me separe, y tomando con las manos sus pechos dirigi sus pezones hacia el glande aun humedo y mojado de su saliba, mientras mi ojos se posaban en los suyos deleitandome con su rostro que de buen grado agradecia. Tome el pene con una mano mientras con la otra sujetaba alternamente sus pechos, dando martillazos con mi miembro sobre los pezones, a la vez que se los friccionaba, sus pezones volvian a estar duros, empitonados y en ocasiones sus manos juntaba sus pechos atrapando mi verga, deseando que similara los embistes del movimiento de penetracion. No se lo negue, mientras dejaba caer a los pocos saliba para que fuera mas facil la friccion.
Me separe, y echando manos a sus hombros la empuje hacia atras, a la vez que con las rodillas me subia al borde de la cama, volvi a tomar su rostro y acerque nuevamente mi pene, girandome sobre ella mientras mi rostro buscaba otra vez su sexo. Sus manos agitaron mi miembro, apurando mi eyaculacion, estaba sediento de correrme, ansioso por derramar aquella leche caliente que se escondia dentro de mi cuerpo. Me levante y separando sus piernas tome mi miembro y lo hundi dentro de su sexo. Mis dedos acariciaban su clitoris y acariciaba los labios de su vagina mientras movia mis caderas empujando y saliendo dentro de su ser.
Comenzaron a salir por su boca ruidos ahogados, hasta que no lo pudo reprimir y comenzo a gemir de placer, sus manos apartaron las mias, y ella misma rozaba su clitoris haciendo circulos para deleite de mis ojos; lo que me excito hasta el punto que aumente el ritmo de las embestidas en su vagina humeda, permitiendo que la friccion fuera minima y me facilitara una mejor penetracion y que los embistes fueran mayores tanto como quisiera aumentar el ritmo. Pose una mano a lado de sus hombros mientras con la otra apretaba los pezones y viceversa, su excitacion como la mia era perfecta. Hasta que un grito grave y profundo salio de su garganta, apure los ultimos suspiros de placer que me quedaban, no queria demorar mi eyaculacion y tomando el tronco con una mano contuve el palpitar de mi pene a punto de estallar. Sin embargo solto mi mano, y apretando mis nalgas una vez mas contra ella, no dandome otra opcion que eyacular dentro de su sexo. Moviendome de forma torpe mientras sentia el derramar los chorros caliente de mi semen dentro de su ser, reconozco que era una sensacion placentera mientras veia su cara de satisfacion y de complacencia el estar descargando todo mi flujo en su interior. Solto mis nalgas y separandome de sus piernas su rostro se giro y con su boca termino de relamer los jugos que quedaban levantandose para darme un beso humedo mezclando mis jugos con nuestras salibas.

Quiero dar las gracias muy especialmente a una persona. Por su apoyo y no decirme que no.

lunes, 14 de febrero de 2011

Diario de...

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Una noche tenía un calentón, lo que aproveche para sentarme a escribir. Mi calor aumentaba en el momento que relataba la parte erótica. Aquello aumento mi calor, mi excitación, llegando a acariciar y dar roces sobre el miembro erecto. Sentia que era mi amante transformada en realidad. Era rico y delicioso aquellas caricias que sentía; llegando a desabrochar el pantalón, metiendo la mano por dentro de la ropa para tocar el húmedo glande, pero contuve los deseos de masturbarme para eyacular, solo me sobaba para aumentar mis deseos haciendo que mi relato fuera mas travieso y me provocara a ser mas erótico. Tras terminar de escribir, me había puesto a buscar información para decorarlo fotográficamente, y acabe descubrindo fotos sugerentes, morbosas, provocativas. Al final decidí anexarlas al relato. Tal era el calentón y la excitación de la intensidad con la que había escrito que publique un anuncio en una página de contactos para que una mujer me contactara y aliviara mi calor. Solo escribió una (supongo que cuanto mas desespero mostramos, menos "follamos"). Resulto ser quien me inicio en el mundo del sexo de pago. Nunca antes lo había hecho así.

Resulta que suena menos feo llamarle a un hombre "puto", pero eso fui. Y me gusto, solo que no cobre, aquella mujer me dio algo mejor que el dinero, aunque no lo rechace la segunda vez. Y fui su antojo y su deseo, e insistía cada vez al final en vernos mas veces, pero apareció otra mujer. Me volví en un amante de contacto virtual para follar en real. Y así he vivido desde hace unos pocos años. Durante la semana el hombre perfecto que lleva sus negocios para convertirme por horas desde el viernes a la noche hasta el lunes de madrugada en un amante de pago. Doble vida paralela donde nadie sabe a que me dedico, no mensajes de móvil, no llamadas, solo contactos a través del ordenador. Algún plantón también he sufrido pero como todo negocio tiene sus riesgos.

No es que Sevilla sea mi ciudad preferida de Andalucia, pero la Semana Santa me servia de excusa para verte. Nadie sospecharia que mi visita era algo mas que negocios. Así que predispuestos a hacer nuestra penitencia quedamos en encontrarnos allí. Había llegado de madrugada, encontré el hotel y pocas horas después de dormir y darme una ducha salí a recorrer las calles esperando que fuera media tarde para encontrarme contigo tal y como habíamos quedado. Reconozco que cada mujer de ojos verdes que encontraba me ponía nervioso, con disimulo me fijaba, esperando encontrarte en alguna de ellas.

Daban las siete por el reloj, salí nuevamente del hotel, nervioso y emocionado al mismo tiempo, me iba encontrar contigo por primera vez. Hacia ya semanas de nuestros encuentros de sexcam, y de llamadas esporádicamente mas masturbarnos y oír el sonido mojado de tus dedos acariciando tu sexo y como gemías hasta llegar tus orgasmos.

Me encontraba en el puente de San Telmo dando vueltas para controlar mis nervios ya que la espera se hacia dura y un poco eterna. Pronto llegaste, aunque aquellos cinco minutos parecieron una eternidad. Estas guapa, traes el pelo suelto, tu media melena por los hombros y tu sonrisa por la emoción de verme junto con tus alegres ojos verde me contagian de tu sorpresa y alegría. ¿A donde vamos? me preguntaste, solo se que comenzamos a andar sin ninguna idea y sin dirección, mientras hablábamos de nuestros viajes desde donde cada uno salió. Sin darnos cuenta pillamos la primera procesión, te agarro de la mano, algo que me apetecia pero que hasta ahora no me había atrevido hacer, y mientras me miras con cara sorprendida pero no molesta, empezamos a zigzagear para no vernos atrapados entre tanta gente.

Al poco de salir de la muchedumbre, te paras, y girandote para mi me dices ¿te gusta agarrarme de la mano?, no me había dado cuenta, pero tanto me gustaba y me apetecía que ni me había fijado, pero la suelto, y mirandome me agarras tu a mi y seguimos caminando, hasta que encontramos una terraza donde parar a tomar algo y descansar. Allí no puedo dejar de mirarte, y casi desnudarte con la mente. ¿Tanga? ¿Braga? ¿Rasurado? ¿Arreglado? Traes una camiseta blanca holgada, pero donde se notan tus pechos. Suena el telefono, te levantas para coger, se que debes hacerlo, y mientras hablas vas dando paseos de un lado al otro..,  aprovecho para revisar tu cuerpo de arriba abajo. Descubro tus nalgas redondas y pequeñas ajustadas al pantalon. Tus piernas delgadas. No dudo en fijarme en tu entrepierna. Tanto que de estar viendote comienzo a excitarme. Terminas de hablar y te sientas, y mientras hablas mis ojos dan un reconocimiento visual a tu cuerpo. Mi pene esta empalmado, y tanto que la erección dentro del pantalón me aprieta y me excita mas, con disimulo intento acomodar la polla, pero te das cuenta, me levanto con la excusa de pagar... Nos vamos y caminando poso de forma cariñosa uno de mis brazos sobre tus hombros, rodeandote el cuello, y tu sin disimulo metes una mano el bolsillo trasero de mi pantalón tocandome de forma atrevida el  culo con descaro y sin cortarte.

No hizo falta llegar al hotel, en los bancos de un parque donde estábamos comenzamos a meternos mano, mis manos se posaron en tus pechos, presionandolos, a la vez que mi boca devoraba tu cuello y tus orejas. Tus manos se encargaban de tocarme y sobarme en el pantalón, hasta que bajaste la cremallera y sentía las ricas caricias y sacudidasde tus manos por el tronco del miembro y en el glande, no me pude resistir... y yo también baje las mías por el tuyo, escurrí mis dedos por dentro de tu ropa interior hasta tocar tu coño, estabas muy mojada, lo que me hacia pensar que ya llevabas un rato excitada antes de ahora. Mis dedos frotaban y hacían círculos en tu clítoris,tu cuello recto y arqueado hacia atrás me permitía lamertelo y darle pequeños mordiscos, a lo que tus manos respondían sacudiendo con mas fuerza mi pene. Nos estábamos calentando, tanto que sentía mi bulto palpitar a la vez que tu te mojabas mas y mas. Empape mis dedos con tu flujo, y para tu asombro saque la mano y chupe los dedos, insinuandote las ganas que tenía de comer tu sexo. Lo mismo hiciste tu, sentí tus manos apretando mi pene y dando círculos con tus dedos en el glande la sacaste y también te llevaste los dedos a la boca. No tardamos en desabrochar los pantalones para que nuestras manos se pudieran esconder dentro del otro y masturbarnos sin problema. Tus manos se concentraban dentro de mi pantalón mientras yo solo lo hacia con una y la otra dedicandose a tocar tus pechos, que no tardo en subir por dentro de tu camiseta para colarse por dentro del sujetador.

Tenias los pezones duros, empitonados... a los que de buen grado empece a darle caricias, retorciendolos y dándole tirones. Deseaba desabrochar el sujetador, cuando mis dedos se empezaron a mojar de ti. Intentaba hundir mis dedos dentro de tu vagina pero era incomodo, miramos para un lado, buscando resguardarnos un poco y tener algo de intimidad. Vimos unas rejas, hay una vieja obra y allá fuimos. No tarde en sacar el sujetador y bañarte el pantalón. Y te acostaste en la chaqueta que había dejado caer al suelo. Me arrodille ante ti y separando tus piernas, comencé a comerte el coño. Mis dedos separaban tus labios vaginales, y lamia y relamía tu sexo, sin dejar de darle caricias a tu clítoris que aprovechaba también para hundir la lengua dentro. mientras gemías para mi.  Tu mirada estaba atenta de mi, y me gustaba que me vieras. Lo estabas deseando. Tanto que no aguantaste y te corriste como en un abrir y cerrar de ojos. Me pediste cambiar el sitio. Acepte y ahora quien estaba atento de las caricias de tus manos y de los roces de tu boca era yo. Sujetaba tu pelo, apartando de tu cara y boca cualquier pelo que te pudiera molestar. Me gustaba verte. Pero no te deje que me hicieras eyacular. Por momentos apartaba tus manos, lo que te molestaba, pero otra vez volvías a darme sacudidas y chupadas con mas ainco y fuerza.

Me Levante y obligandote a apoyar tus manos contra la pared, separe tus piernas. Primero te di unos roces sobre tus nalgas, y poco a poco me fui acomodando hasta hundirla en tu coño, no se si eran tus deseos o quizás que algo te dolió, pero un grito hondo y profundo salió de tu boca, así como los gemidos que acompañaban en cada empuje que te daba. Mis dedos rozaban tu clítoris para que tu placer fuera inmenso. Tanto que estabas sudando mas que yo. Mi polla estaba completamente mojada y humeda de tus flujos, que si no fueran tus gemidos se podría escuchar el ruido húmedo de mi glande al penetrarte. En un par de sacudidas mas un gemido hondo con un grito de dolor me dio a entender que tu orgasmo era profundo. 

Te separe de la pared y arrimandome a ella, te agarre de las piernas y dejando que tus manos me rodearan del cuello te comencé a balancear. Era un dolor placentero las fricciones contra tu como apenas humedecido, lo que te hacia a ti gemir, y morder tus labios con los dientes y cerrar tus ojos apretandolos conteniendo el dolor y las ganas de gritar. Pero te balanceaba mas y tus dientes dejaron de apretar y grito tras grito te penetraba mas fuerte hasta sentir como mi polla palmitaba empezando a eyacular , derramando las gotas de semen dentro de tu coño. Abriste los ojos y expirando y resoplando de alivio me sonreías con cara de agotada. Nos vestimos, era media tarde y encaminábamos al hotel a darnos una ducha... y terminar de hacer nuestro particular Viacrucis de Semana Santa, que para eso decidimos vernos.   

miércoles, 9 de febrero de 2011

Recuerdos de un blog: En el coche

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Tengo ganas de contaros lo que ocurrió uno de estos días de vacaciones. Me llamó una amiga que no veía hacía unos meses, sólo habíamos hablado por teléfono un par de veces, y me invitó a salir de copas para presentarme a su novio. Sale con Iván, que se llama así, hace unos cuatro meses. Acepté la invitación encantada. Quedamos los tres en un bar de copas sobre las doce. Cuando llegué, ahí estaba tania, mi amiga, Iván, su novio, y Manu, un amigo suyo. Aunque Tania tiene unos buenos pechos, tal como llegué pude notar cómo Iván me miraba el escote después de saludarle con dos besos en la mejilla, apoyándome en su pierna. Hice lo mismo con Manu. A Tania le di un pico en la boca como solemos hacer. Y no contaría esto de no ser por lo divertido que me resultó… Tras un par de copas, en la mesa circular donde estábamos, Manu, a mi izquierda, llevaba un rato tocándome la pierna cada vez que me hablaba. Yo no hice nada por impedirlo, y noté así que cada vez su mano se apoyaba más cerca del tanga negro que se deslizaba entre mis labios. Lo interesante vino cuando Iván, al que me iba acercando, a mi derecha, mientras Manu me sobaba, se atrevió a acariciarme el muslo cuando Tania se marchó al baño. Le miré, y me acerqué a su oreja, como para susurrarle algo, y entonces le mordisqueé el lóbulo de su oreja. Él deslizó su mano más arriba, y le lamí la oreja hasta meterle la lengua en ella mientras rodeaba su cintura con el brazo derecho para pasar la mano por su entrepierna. Noté que tenía un buen paquete y el subió la mano para encontrar mi tanga… y entonces dio con la mano de Manu. Me resultó totalmente excitante que sus manos se encontraran entre mis piernas, que ya estaban humedeciendo el tanga. Ellos se miraron extrañados, y yo les dije que pidieran otra ronda mientras volvía Tania. Entonces lo entendieron todo. Un rato más tarde subimos al coche de Tania para ir a una discoteca. Ella conducía. Iván se sentó delante y Manu conmigo atrás. Tania puso música a todo trapo y cogió la carretera. Nosotros seguimos bebiendo un poco de wisky de una botella de Tania. Cuando se lo pasé a Iván, delante, derramé el wisky en sus piernas “accidentalmente”. Entre risas, Tania me dijo “ahora tendrás que limpiarlo”. Encontes me estiré entre los dos asientos delanteros para alcanzar a Iván. Tenía medio cuerpo entre los asientos, la cabeza sobre la pierna de Iván y los brazos extendidos, y las piernas separadas sobre el asiento trasero donde Manu tenía una fantástica panorámica de mi tanga metido entre los labios del coño bajo una minifalda negra que ya no tenía nada que ocultar. Le desabroché la camisa a Iván como pude empezando por abajo mientras Manu empezó a deslizar la mano por mi pierna, luego las dos manos, para encontrarse enredando los dedos en el tanga. Tania me repitió que lo limpiara bien. Entonces empecé a lamer la barriga de Iván según le desabrochaba la camisa rayada. Manu por fin me empezó a acariciar el chocho con los dedos de una mano mientras intentaba alcanzarme las tetas con la otra, cruzando la barrera de los asientos delanteros. Iván me acariciaba el pelo mientras le lamía la barriga. Le desabroché el pantalón. El coche iba zumbando. Sentí cómo un dedo de Manu empezó a penetrarme el coño, que babeaba por los muslos esperando ser penetrado con pasión. Estaba tremendamente excitada por la situación. Manu empezó a trabajarme con ambas manos. Iván me metió mano en el escote. Tenía una teta fuera y me la estuvo acariciando mientras le sacaba la polla de los sucios calzoncilllos que ya no podían retenerla. Sentí cómo Manu me metía y sacaba los dedos del coño y cómo lo recorría de forma circular. Iván me seguía magreando las tetas con una mano y me acariciaba el pelo esperando que atacara. Yo se la estaba acariciando con la mano todavía, esperando. Entonces Manu sacó los dedos del coño por fin. Se colocó como pudo, y agarrándome de las piernas sentí su polla entrando en mi cuerpo. Tania, conduciendo, dijo “cómetela” mientras ponía su mano sobre la de Iván y ambos me empujaron la cabeza para meterme la polla en la boca. Mmmmmhh La excitación con la penetración de Manu fue total, mientras me follaba se la chupaba a Iván, arriba y abajo, arriba y abajo, sintiendo el sabor del wisky cómo ardía en mi boca con el calor de su enorme polla. Manu gritaba “ah ah ah” mientras me penetraba y yo le seguía el ritmo con la boca. Cuando su polla entraba por el coño, la de Iván salía de la boca, y cuando Manu salía del chocho Iván entraba por la boca. Estallé de un orgasmo mientras me seguían follando. Entonces Iván me empujó con fuerza la cabeza. No me saqué la polla de la boca mientras la reodeaba con la lengua desde dentro y le sujetaba los huevos con la mano. Tres rápidos movimientos de succión sin sacarla de la boca y acariciándole los huevos. Me empujó con más fuerza y sentí su semen recorriendo mi garganta entremezclado con el wisky. Su polla aún palpitaba en mi boca mientras Manu seguía follandome. El semen de Iván volvió a brotar en mi boca y luego en mi cara. Quería que Manu me viera con la cara llena de semen. Me incorporé y se sacó la polla de mi coño ardiente. Volví atrás, con las tetas fuera, la ropa descolocada, el tanga lleno de flujo que había empapado mis piernas junto al sudor, y Manu se estiró apoyándose en una puerta. Tenía la polla a punto de explotar, así que rápidamente me la metí en la boca mientras mis ojos apuntaban directamente a los suyos. Manu me debió ver, poseída, follada, con las tetas rozando sus piernas y el semen de Iván aún recorriendo mi cara, mi cuello. Se la chupé. La polla entera en mi boca, subiendo desde la base hasta el capullo mientras nos seguimos mirando. La sujeté con la mano derecha, la apreté y volvió a penetrar en mi boca mientras se corría con fuerza dentro. No dejé escapar ni una gota de semen. Y mientras el semen de Iván y el de Manu se mezclaban en mi boca me di cuentra de que Iván, mientras se la chupaba a Manu, me estaba metiendo de nuevo los dedos en el coño, que de pronto se contrajo con fuerza y explotó en nuevo orgasmo de inmenso placer. Y seguí acabando de chuparle la polla a Manu, mientras esta se reblandecía en mi boca, y mi cuerpo sudoroso, mojado y salpicado del semen de Iván y Manu se deshacía en el asiento del coche. Por suerte Tania no se dirigía a ninguna discoteca, sino a su casa, donde pude tumbarme a descansar y reponer fuerzas para otra ocasión.

from: http://eldiariodeunazorra.blogspot.com/

lunes, 7 de febrero de 2011

Colaboración: Con dos hombres

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Me la pasaba leyendo relatos de sexo, casi diariamente en mi casa sola para excitarme y luego acabar en mis dedos. Los que más me gustaban estaban directamente relacionados con encuentros casuales, sin compromiso, con tipos más grandes que yo, que hacían a una sentirse bien putita y satisfecha supongo que por la experiencia que normalmente tienen…

Un día me decidí a hacerlo realidad. Junte valor por que mi experiencia en cuanto al sexo no es muy extensa; tenia miedo de que mis fantasías me lleven a un momento incomodo o peligroso. O que se me vaya de las manos…

Aun así y todo, me levante tarde ese sábado, me bañe y depile completamente. Me puse una rica crema y una tanga chiquita. Me imagine todo el tiempo lo que estaba dispuesta a lograr esa noche y con que podría encontrarme, solo para calentarme… de lo que si estaba segura es de que iba a cogerme a alguien esa noche. Me puse un vestidito floreado bien flojo y corto, apenas por debajo de la cola, con unos suecos marrones. El pelo suelto, que me llega hasta la espalda, lo batí un poco para q no este tan prolijo y me pinte algo para salir.


El bar que me pareció ideal es en una esquina del barrio de flores. Se que ahí van hombres maduros como me gustan a mi, sin ningún problema de invitarme lo que quiera tomar y, en ese bar en particular, se sabe que están todos solos sin sus esposas…

Apenas entre sentí las miradas a mi alrededor, como si no entraran chicas de mi edad (26) a este bar muy seguido… sentí las miradas de arriba abajo, sobre todo en mis piernas y en mi cola, de la que estoy muy orgullosa. Me acerque a la barra y pedí un Fernet, comencé a beberlo lentamente y a mirar a mi alrededor con quien quería cumplir mi fantasía.


No vi a nadie en particular pero de repente a mi lado un tipo me pregunta que estaba haciendo solita en esta noche tan linda… no me pareció la mejor de las frases pero al verlo me gusto en seguida. Tendría algo más de 40 años y era alto, con varias canas, hombros anchos y su voz era particularmente sexi. Al lado suyo estaba otro hombre; seria más o menos de la misma edad pero más fuerte y bajo, aunque con unos brazos bien musculosos. No hablaba tanto pero no paraba de mirarme toda con cara de lascivo…

Se llamaban Héctor y Daniel respectivamente y eran compañeros de trabajo. Les dije que me había plantado mi novio y que estaba muy enojada con el… Luego de unos tragos mas ya las manos de ambos rozaban mi piel constantemente, me decían lo lindo que les bailaba (haciéndome un poco la perra), y lo bueno q seria que nos vayamos a un departamento que Héctor tenia en el centro, que tenían buena música, algunas películas, y algunos tragos mas. Me hice un poquito la nena histérica pero no tardaron en convencerme. Yo no podía creer que iba a poder estar con dos tipos extraños que se que me van a coger como corresponde y sin muchos preámbulos.


Al subirnos al taxi me senté en el medio, y comencé a besarlos alternadamente despacito. Mordí la boca de Héctor mientras Daniel comenzó a tocarme los pechos por encima de la remera. Sabia bien como hacerlo, rozándo los pezones despacito, hasta que los puso bien duros y luego comenzó a pellizcarlos cada vez mas fuerte provocando cada vez un escalofrío que recorría todo mi cuerpo. Cuando comencé a manosearle la pija a Daniel, Héctor metió la mano entre mis piernas y las separo con fuerza. Yo estaba muy húmeda, sentí como el calor de su mano iba recorriendo mis muslos cada vez mas cerca de mi sexo, me estaban calentando a más no poder.


Comenzó a jugar un poco con mi clítoris, por sobre mi tanga ya completamente húmeda, despacito, lo que hacia que me muriera por que me cojan con violencia ahí mismo, aunque no me animaba a decir nada…

En un momento note que el taxista miraba con entusiasmo por el retrovisor lo que me calentó aun mas, sin siquiera pensarlo le sonreí como una puta imaginándome el polvo que se haría luego en mi honor, lo que hizo que el bajara el espejo hacia abajo supongo para ver como me manoseaban los dos hombres que estaban conmigo. La imagen de mi misma siendo manoseada y observada por completos extraños me hizo acabar de una manera hermosa. Aun hoy esta idea logra que me moje completamente.

Apenas acabe los dos comenzaron a decirme cosas, lo putita que estaba, que me iban a hacer sentir como a una perrita, me mordían los pezones y apretaban mis tetas con fuerza mientras yo sentía los espasmos increíbles de ese orgasmo. Lo bueno es que justo en ese momento llegamos a la puerta del edificio y mientras hacían chistes con el taxista (no necesitan una mano muchachos? Jaja jaja) nos bajamos los tres.


El alcohol me jugaba a favor ya que estaba muy desinhibida, no paraba de tocar sus pijas por encima del pantalón. Y de reírme y gozar de sus caricias. En el ascensor Daniel me trajo hacia el de espaldas apoyándome su pija en mi cola y, mientras yo miraba a Héctor, metió su mano por debajo de mi vestidito, con habilidad corrió la tanga hacia un costado y me metió dos dedos en la concha. Su cara se transformo y su sonrisa no podía ser mas lasciva, yo podía verlo en el espejo frente a mi; le dijo a su amigo “está para que se la cojan toda la noche a esta putita” y Héctor decía “viste” riéndose “bien satisfechos nos va a dejar”.

Luego llegamos al piso, y entre risas entramos. Me fui al baño y al volver ya tenían preparados 6 shots de tequila, jaja, me reí mucho y entre risas me bebí el primero. Daniel saco su pija y se saco la remera aunque no el pantalón y, si antes no me había gustado tanto, ahora me gustaba mucho más. Su pija era bien gordita y bastante larga, pero lo mejor era que estaba completamente al palo. Me puse a chuparla con emoción, intentando hacerlo lo mejor posible, sin apoyar los dientes, aunque si un poquito, lo que lo hacia temblar de placer, con mi lengua recorría la cabeza y le daba lengüetazas de arriba hacia abajo, llegando hasta sus bolas, como un chupetín.

Lo miraba y el me miraba y me decía lo linda nenita que era, y lo bien que se la chupaba. Con la punta de la lengua acariciaba sus pelotas sin dejar nunca de masturbarlo con la mano. Estaba haciéndolo bastante bien por que me pidió que pare sino me iba a acabar en la cara, y aun faltaba mucha noche para mi.

Era el turno de Héctor que nos miraba desde el sillón (nosotros estábamos parados frente a la barra de tragos) y acariciaba su pija por afuera del calzoncillo, el ya estaba casi desnudo. Me tome el segundo shot de tequila y encare para el sillón. Me pidió que me sacara el vestido y me quedara en tanguita. Me pidió que vaya hacia el sillón y me sentara a mirar una peli que el había puesto, en la que a una chica mas o menos de mi edad se la cogian entre 3 o 4 tipos y ella disfrutaba muchísimo. Me calentaba verla gritar, como se la cogian entre todos en turnos, cada pija entraba y salía mientras los otros la sostenían y acariciaban o mordían. Era lo que yo quería.

Comencé a acariciarme por sobre la tanga y Daniel riéndose me la saco, me pidió que la próxima vez, si volvíamos a vernos, que no me ponga nada. Separo bien mis piernas, y mientras yo disfrutaba mirando película recostada en un extremo del sillón, calentándome aún mas, el comenzó a lamerme la concha, me mordía furiosamente los labios, introducía su lengua lo mas adentro que podía y con ella, moviéndola rápidamente en el clítoris, me hizo acabar por segunda vez.

Cuando sintió que me estremecía de placer me metió un dedo por la cola, lo que hizo que me ponga un poco nerviosa. Al notarlo, Héctor me dijo “no te vas a hacer la tontita ahora, bancatela” e inmediatamente me metió toda la pija en la concha sin dejar de masturbar mi colita con su dedo. Me di cuenta que debía dejarme llevar y comencé a sentir cada vez mas y mas placer. Estaba en el cielo, nunca había sentido tanto placer junto, era nuevo para mí. Al ver que me gustaba me pidió que me ponga encima de él y ya no era un solo dedo el que me metía sino dos y luego tres.

Su pija era bien larga y muy ancha, rozaba mi punto g perfectamente y el lo sentía, me decía “ahí nenita, ves como te toca mi pija? así nenita, me vas a acabar en la pija, dale puta me vas a hacer acabar”, yo no estaba lejos y con fuerza los dos, al mismo tiempo, acabamos. No me reconocía gritando tanto de placer, veía mi reflejo en un espejo que había próximo en la pared y me desconocía totalmente, estaba convertida en la putita que quería ser. Me quede un segundo sentada recuperando fuerzas y fui al baño. Al volver, Héctor descansaba acariciando su pija despacito, tomando su tequila y nos miraba. Quedaba solo un último shot que era, obviamente, para mi.

Daniel me pidió que me suba a su pija y me lo coja, lo que yo hice obedientemente.

No tenia del todo parado su pija, por eso comencé metiéndome despacito la puntita, así se mojaba bien y poco a poco fui bajando hasta sentir como crecía bien grande en mi interior, esa sensación me encantaba, sentía como se ponía bien dura gracias a mis movimientos. Su pija era particularmente gorda y quedaba bien apretadita bien adentro mío.

Acabe nuevamente tocando mi clítoris y al ver Daniel que me había cansado me pidió que me de vuelta arrodillada sobre el sillón; “como una perrita nena”. Yo sabia lo que venia y me daba bastante miedo pero quería que el me haga todo lo que quisiera. Quería ser la más puta esa noche y, luego de tomarme el último shot, me arrodille como la perra que era y deje mi cola y mi sexo bien a disposición suyo, “mami vas a ver como te gusta mi pija, te voy a coger la colita nena y vas a gritar como una putita”.

Inmediatamente sentí un gran dolor como si me hubieran partido en dos. Le pregunte si la había metido toda a lo que respondió riéndose que solo me había metido la punta. Aguante, y de a poco el dolor comenzó a parecer placer y ya cuando el me daba embestidas fuertemente me había olvidado del dolor y sentía un placer indescriptible. Estaba bien agarrada a su pija y el me cogia con furia.

Desde la barra Héctor tenia la pija nuevamente dura, y dijo “cojamosla los dos que vas a ver como le gusta”. Daniel se separo y Héctor se tiro al piso. Me puse encima de el, agarro mis rodillas alrededor suyo y las apretó. Metió toda su pija adentro mío y me sujeto fuerte abriendo bien mis piernas. Escuche como Daniel se escupía la pija y mi colita y de un empujón un poco bruto la metió toda completa hasta las bolas. Yo grite del dolor pero ellos, sin siquiera escucharme, comenzaron a guiarme en un ritmo constante; cuando Daniel me la metía por la cola, Héctor me levantaba un poco y sacaba la suya de mi concha, para luego metérmela bien a fondo.

Así, de a poco, los dos fueron sincronizando el ritmo hasta que al mismo tiempo los dos me cogian y cogian. Cada vez más rápido mientras yo gritaba de placer. Metiéndome los dos a la vez sus pijas bien duras. Yo sentía que estaba bien llena y puta. Acariciaban y apretaban mis pezones aumentando un poco más el placer. Hasta que en un momento los tres acabamos simultáneamente, sentí sus leches calentitas llenándome toda y luego bajando por mis muslos. Al final nos dejamos caer satisfechos.

Yo bese y limpie sus pijas con entusiasmo hasta que quedaron limpias…
Ellos me dijeron que nunca se habían cogido a una nenita tan linda y puta….
Me dejaron en mi casa y dormí satisfecha por horas y horas!!!!
Cada tanto me reúno con ellos y revivimos la experiencia, me regalan cositas y me malcrían como a una nena por que saben q me calienta jeje :D

Bueno espero que lo hayan disfrutado tanto o más que yo mientras leían. Cualquier sugerencia o proposición a ladulcemaria BESOS

jueves, 3 de febrero de 2011

Mi primer video casero

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No hacia falta decirle para que habiamos quedado.
Siempre era para sexo, aunque esta vez iba ser diferente a todas las veces anteriores.

Era media tarde, habia contestado el mensaje que habia recibido de citarnos en el parque. Y alli aparecio, con una mini falda un poco mas baja de sus ingles y un escote mostrando ligeramente sus pechos apretados.

Con una sonrisa dibujada en los labios nos dimos dos besos y tomandola por la cintura nos sentamos en unos de los bancos. Sus piernas se cruzaron y podia ver completamente su pierna desnuda, me moria de las ganas por saber que traeria puesto ¿tanga o braga? su ojos vieron como mi vista hizo el movimiento sobre la falda y sus piernas. Pero no dijo nada a ello, simplemente me correspondio el guiño desdoblandolas
y abriendo ligeramente las piernas. Solo pude apreciar que era de color rojo.

Aquello me excito, no hicieron falta sus manos posada en el pantalon para provocarme una excitacion.
Abri la mochila que llevaba y saque una camara de video, lo cual aunque le sorprendio tambien le entusiasmo. ¿Quieres que nos grabemos follando? Supongo que el ver la camara ya se habia imaginado para que la traia, no le importo, la cuestion era donde lo hariamos. La tome de la mano y nos fuimos en el coche.

Llegamos a un hotel confortable, nos registramos y subimos.
No hacia falta los amarrucos para dar excitarnos y dar rienda suelta a la imaginacion. Entro en el baño, mientras yo me echaba sobre la cama comprobando si realmente era comodo. Salio y poso su bolso sobre una de las sillas, se subio a la cama y caminando a cuatro patas como una gata se acerco, aflojo el cinturon y desabrocho los botones aparto ambos extremos del patalon para meter su mano sobre mi ropa inteior, sacandome el pene y con delicadeza empezo a lamer, como si fuera la primera vez que lo haciamos.


Siempre me regalaba aquella imagen a la vista. Su cuerpo se posaba a veces sobre mis piernas quedando su rostro frente a mi mientras con delicadeza y suavidad me iba masturbando, me encantaba ver su lengua recorriendo todo el tronco, el cual iba ensalibando y chupando como si un caramelo se tratara, quizas para el ella el mas rico.

Su ritmo cada vez iba en aumento, lo cual me estaba excitando cada vez mas, llegando a sentir los primeros
suspiros provocados por las caricias de su boca y su lengua junto a las sacudidas de sus manos. Extendi mis brazos, tocando sobre su ropa sus pechos, note como sus pezones estaban duros como piedras, comenzaban a notarse marcados sobre aquella camiseta. Los roces, para luego meter las manos por dentro del sujetador para apretarselos. Sabia que le encantaba que lo hiciera, la excitaba, al igual que cuando se los retorcia como una goma elastica. Cada vez estaban mas duros, mas empitonados. Nos estabamos mirando
fijamente a los otros mientras seguiamos con nuestro juego.

Levanto el rostro y su vista se poso sobre la mochila, al giro de sus ojos mi cara correspondio. ¿Porque no tomas la camara y nos grabamos? me dijo. Me estire un poco, mientras su boca y sus manos subian y bajaban con un ritmos mas acelerados. Tome la camara y la encendi, mirando para ella con cara de enfado. "Has sido una niña muy mala, eso es jugar sucio". Abri el objetivo y enfocando su rostro comence a grabar nuestro video.

Lo primero que vi a traves del visor fue su lengua y piercing saboreando el falo del miembro, por primera vez
senti unas cosquillan que recorrian cada centimetro de mi excitacion, hasta el punto de sentir un palpitar parecido al los momentos previos antes de la eyaculacion. Su lengua por fuera de sus labios recorria suavemente de arriba abajo, sitiendo a la vez esa pequeña boca que me deleitaba y derretia poco a poco... provocaba soltar la camara y tomar su cabeza con mis manos y forzarla a acabar aquel buen trabajo que estaba haciendo.

Levanto la camiseta y desabrochando el sujetador con sus manos aparecieron sus pechos voluminosos con las aurelosas rosadas de sus pezones empitonados. Tomo ambos extremos y comenzo a masturbarme con sus pechos, tenia vision de primera. Y la camara grabando tatuaba cada centesima de segundo que enfocaba. Mis deseos por tomarla y hacerla mia iban en aumento, a la par de mi excitacion. Mis pensamientos reclamaban que mis dedos violaran sin compasion su sexo. Hundirlos y hundirlos hasta que se
corriera para mi. Mi cuerpo tenia sed, sentia sed de flujos que emanaban de su entrepierna. Una postura que siempre acuerdo que practicabamos era el 69 y no seria la ultima vez que nos corriamos ambos en la boca del otra, tomando un descanso para luego remotar otras posturas.

En un descuido su espalda se arqueo hacia atras, levantandose nuevamente, lo que aproveche para girar mi
cuerpo y tomar el pequeño tripode que habia comprado para la camara, donde la pose para no tener que sujetarla y asi tener sexo a nuestro antojo. Gire el visor para que ambos pudieramos contemplarnos reflejados.

Termine de desnudarme, quedando sin ropa alguna, mientras ella aun mantenia su falda y ropa interior puesta. La tome por las manos y la tire su cabeza sobre la almohada, colocando la otra tambien, para que su rostro pudiera contemplar mi cara de golfo comiendole el sexo. Separe sus piernas, las cuales subieron los pocos centimetros de vuelo de falda que traia dejando tras de si ver nuevamente el color rojo de aquel tanga. Aparte la tira de tela que traia puesta. Y descubri mi sorpresa, era la primera vez que se habia afeitado y rasurado el pubis.

Reconocio que hacia tres dia que lo habia echo por primera vez, me excito. Aunque me recordaba al tacto de mis manos por mi cara cuando llevaba un par de dias sin afeitar reconozco que no era molesto, mas bien era placentero. No dude en sentir los roces de los vellos intentando aflorar sobre mi lengua y sin mucho mas me centre en su sexo.

Sabia que estaba humeda, asi lo demostraba la pequeña mancha que ya habia visualizado en el tanga. Y ayudandome de los dedos comence a hundirlos en su sexo a la vez que los iba lamiendo, empujaba mi dedo anular con fuerza y firmeza, su gemidos no se hicieron esperar, junto con leves chillidos de placer lo que me incitaba a hacerlo con mas y mas fuerza. Sus piernas se abrieron mas, y pies se apoyaron sobre el colchon intentando descargar y aliviar su placer.

Pero no podia resistirlo mas y encerro mi cabeza entre ellas haciendo presion y fuerza. Mi lengua se hundia mas y mas adentro que correteaba y jugaba tambien sobre su clitoris, el cual lamia, sobre los labios de su sexo, los cuales chupaba y metia dentro de mi boca. Notaba los espasmos de su cuerpo reflejados en el clitoris, su gemidos se entre cortaba, "me corro... me corro..." grito mientras seguia lamiendo hasta que note cuatro pequeñas gotas que empaparon mi lengua, me separe y vi salir una quinta de forma parecida a cuando eyaculaba, mismo color blanquecino, misma textura viscosa, como la cola de pegar madera. No lo dude y limpie todo su sexo, mientras la inducia a un nuevo orgasmo, y sus manos me agarraba la cabeza empujandome contra ella. No tardo en correrse nuevamente, pero esta vez su sexo solo se mojo. Y yo delitandome en tragar todos sus jugos...


continuará!

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