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viernes, 4 de marzo de 2011

Diario de una infidelidad en trio.

Su sexo emanaba flujo sin cesar. Mi tronco parecía una bujía sin apenas sufrir fricción mientras su cuerpo subía y bajaba recorriendo los centímetros de mi pene. Sus pechos se meneaban a la vez que mis manos acompañaban a sus pezones con los dedos, retorciéndolos leve y suavemente como si fuera un acelerador. Dando pequeños tirones que se hacían mas fuertes para que se moviera con mayor rapidez. Exhalados y poseídos por el placer alguien entraba por la puerta. Era su novio, y nosotros "follando" como dos universitarios desesperados por tener sexo. Apenas cerro la puerta la cara de Sonia sonrojada se paro y miro fijamente para su chico. Yo tan solo cerré los ojos esperando la furia de quien había traicionado su confianza. Sonia desnuda se levanto, se acerco a el, y sin decir una palabra acerco su mano a la entrepierna de su pantalón, manoseándolo, bajo la cremallera y se agacho, saco un tremendo pene flácido que crecía, comenzó a lamerlo con ansias. Moví mi cuerpo como si fuera un gusano y me coloque bajo las nalgas de ella empezando a lamer nuevamente su sexo, a la par que ella sacudía con fuerza el miembro de el.

Sus manos dejaron de tomar aquel miembro largo y grueso, para posarse en sus nalgas y abrir su ano, insinuándome que lamiera su orificio, de buen grado lo hice, sin rechistar aunque nunca antes hubiera hecho eso. La cosa cambiaba, ahora era sexo para tres. Un par de chupadas y lamidas basto para que Sonia introdujera un dedo en su ano que empezaba a dilatarse cada vez mas. Se levanto y desnudo a su novio. Le tomo de la mano, y le pidió que se agachara, y tomo la posición que tenia antes de que el entrara por la puerta. Y con el mismo recital tomo semejante pene agachándose para él comenzando a ser penetrada e incrementando los movimientos todo bajo la atenta mirada de mis ojos que no daban crédito a lo que me estaban regalando.

Hice ademán de agacharme a por mis cosas, y soltando una mano del suelo tomo la mía y mirándome a los ojos me pidió que terminara lo que había empezado con la lengua. Se acostó contra el pecho de el dejándome su ano a la vista. Solo un par de sacudidas basto para poner nuevamente mi pene duro y erecto. Ensalive el tronco a modo de lubricante, haciendo lo mismo con su ano, y arrodillándome tome la forma que su cuerpo tenia para adaptarme a la altura de su ano y cogiendo el falo con el glande al aire lo acerque hundiendo poco a poco y despacio mi pene en su interior.

Un largo y profundo escalofrío sacudió su cuerpo con el primer roce de notar el miembro apuntando su ano, y cada empuje mas la estremeció exhalando alaridos de placer, gimiendo cada vez que empujaba mas y mas hasta tener completamente mi pene dentro de su agujero. Ensalive nuevamente el tronco y comencé a empujar sin cesar. Agarrandome a su cintura para luego hacerlo a sus hombros.

Compartíamos dos hombres los mismos pechos, pero en ningún momento note que fuera una ofensa el que lo hiciera, sino que por momentos sentía los dedos de el como me incitaban a que apretara los pezones de Sonia, a la vez que en otras ocasiones dirigía mis manos hacia su clítoris, compartiendo el cuerpo de ella hasta darle el máximo placer. Cuando todo termino comprendí que era y había sido una de sus mayores fantasías. Lo cual de saberlo había aprovechado al máximo aquellos instantes.

El cuerpo de el comenzó a convulsionar, mientras los movimientos de cadera de Sonia se hacían mas rápidos y fuertes. Aquello me llamo la atención que mis dedos de adosaron a su clítoris, estimulándolo con rapidez también. Logrando que gimiera sin reprimirse, pronto me di cuenta que del sexo de ella salían flujos, su novio estaba eyaculando, aquello me excito e hizo que apurara los embistes en el ano de ella. Lo que sirvió para que los gemidos se transformaran en largos y profundos gritos de placer y dolor, tomando y agarrando sus pechos a lo que su compañero también aprovechaba para dar ahora tirones a los pezones. No tarde mucho yo también en eyacular y correrme dentro del ano de Sonia. Era una sensación dulce el estar derramando la miel de mi sexo en su interior. Quedándome largo rato dentro, saboreando su agujero, disfrutando de todo aquello que había vivido. Me separe, y levantándose Sonia sirvió para que el también lo hiciera. Tome mis cosas y me dirigí a la habitación para vestirme y salir otra vez por la puerta, un poco contrariado con la situación, y a la vez con el recuerdo en mi mente de lo que había vivido hace una semana.

1 comentario:

  1. Me gustó mucho!!! Pero estaría bueno que lo hicieras un poco más largo, como demorando el momento y con muchos detalles. Me calienta mucho leer relatos!!!!
    Y me fascinan tus fotos, en especial las blanco y negro!!!
    Paloma

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