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domingo, 13 de marzo de 2011

Una partida de dardos.

Viernes noche, y como siempre fui a la misma cafetería. Allí me esperaba el dueño, con el cual mantenía casi una relación de amistad. Llegue y pedí una cerveza, allí estaba Paula jugando con él a los dardos. Vestía un chandal gris el cual marcaba sus bragas en el movimiento de sus nalgas y una chaqueta.

Mientras revisaba la documentacion que habia cogido de la oficina levantaba la vista para deborar su cuerpo con los ojos. En ocasiones veia como sus ojos se fijaban para mi. Termine la cerveza y pedi otra. Jose, que asi se llamaba el dueño servia mi caña y me ofreció sus dardos para que continuara jugando en su lugar mientras servia otras mesas. Accedí.

Tome los dardos y haciendome pasar por novato le pregunte en que consistía el juego. Pero pronto mi farsa se destruyo, por mas empeño que ponía pronto se dio cuenta que jugaba mejor. Termino la partida y me pidió una revancha con la condición que jugara mejor, ella era muy buena lanzadora. Saque dos monedas y empezamos de nuevo, mientras se iniciaba la partida se despojo de la chaqueta quedándose con una camiseta blanca de mangas muy cortas pero que marcaba perfectamente su voluminoso busto. Mis ojos se quedaron como platos y la flacidez que había dentro del pantalón se transformo en una imponente erección.

Comenzamos la partida, y como en la anterior, en cada turno de ella me fijaba en el movimiento de sus nalgas y como se marcaban sus bragas en el chandal al acercarse al tablero para recoger los dardos, pero ahora tamien en su imponente pecho del cual buscaba sus pezones intentando dibujarlos sobre la silueta de la camiseta. La partida fue mejorando hasta el punto que al principio aproveche mi suerte y puntería buscando que se acercara pidiendo clemencia. Así fue. Me agarro de un brazo y de forma melosa y cariñosa rogaba que no fuera malo. El acercamiento se fue haciendo mayor, hasta el punto que en una de las tiradas sin reparos le di una palmada sus nalgas, solo se giro y sonrió. Lo cual correpondi en mi turno de la misma manera. No tardo en volver agarrarme con sus manos a mi brazo y de manera involuntaria toque uno de sus pechos, pero esta vez no sonrió, simplemente correspondio tocando con una de sus manos en mi pantalón, y al percatarse de mi ereccion palmo el bulto ligeramente.

Si, deseaba tocar yo también su sexo de igual manera. Pero solo esperaba calentar el ambiente y llevarme a Paula conmigo para tener sexo. Termino la partida y esta vez fue ella quien pidió una ronda de cervezas y empezamos otra. Ninguno de los dos queria perder.

Ya era madrugada y no quedaban clientes en el bar, mientras Jose comenzaba a limpiar nosotro continuamos con nuestra calida y humeda partida. Paula cada vez estaba mas melosa, quizas las cervezas le habia afectado un poco mas a sus ansias y ganas de sexo. Lo cual demostraba en los manoseos con que a veces me tocaba, provocandome mas, abultando mas mi ereccion y acrecentando mis deseos por hundir todo el falo de mi vigorosa ereccion dentro de su sexo. De pronto perdi la nocion de la partida para adivinar en que parte del bar estaria limpiando Jose. Tocaba el turno de Paula, me percate que Jose no estaria cerca asi no lo dude dos veces, me acerque pegando mi cuerpo tras sus nalgas y meti mis manos por dentro del chandal de Paula. Llegue a sus bragas, y sin mucho reparo deslice los dedos hasta llegar a su sexo.

Estaba humedo, calido, y un tanto viscoso, lo cual me excito, hasta el punto que note como en la punta de mi miembro florecieron las primeras gotas. Notaba ahora yo tambien mi glande humedo y con ganas de mezclar mis jugos con los suyos. Masajee un poco su clitoris para estimularlo, y comprobar la reaccion de Paula. No se hizo de esperar y sus mano se extendio hacia atras, frotando y palpaldo con desespero mi pantalon, provocando que mi cuerpo reaccionara sobando ahora sus pechos. Pude comprobar como sus pezones asomaron a la camiseta. Aquellos dos bultos no los habia notado antes. Pero un ruido alerto la proxima presencia del dueño y continuamos la partida, pero ahora los dos descentrados.

Continuamos las tiradas como si no hubiera pasado nada, Jose volvia a estar en el fondo del local, y tocaba el turno de Paula. Baje ligeramente la cremallera del pantalon y me adose nuevamente a su espalda, y rodeandola con los brazos, aprete su vientre obligandola a arquear su espalda, y si esperarselo baje de un tiron su chandal y bragas hasta la altura de sus ingles, frotando la ereccion por sus nalgas buscando sus labios vaginales. Pero un ruido hizo que Paula gritara del susto, nos acomodamos y terminamos sin mas la partida. Pagamos y marchamos en busca de un lugar tranquilo.

Llegamos al portal de su vivienda. La luz era tenue, no tenia ascensor, tan solo aquellas escaleras continuaban hacia abajo dando al acceso al garaje. Nos arrinconamos alli donde nadie pudiera percatar nuestra presencia, y sin mucho reparo tras unos besos desesperado de pasion y sexo comenzamos a manosearnos y masturbarnos. Sus manos no daban apurado a soltar el cinturon y bajar la cremallera para tomar mi largo y erecto pene humedo. Mientras que las mias no llevaron demasiado trabajo y esfuerzo en introducirse dentro de sus bragas para masturbarla.

Esta mas humeda que la primera vez que esmilara su clitoris. La chaqueta estaba abierta y sus pezones marcaban su figura sobre la tela, tomandola por la espalda separe los ojales del sujetador, liberando sus pechos, descubriendo que aquellas figuras abultaban mas. Sin mayores reparos levante sus camiseta comenzando a lamer y chupar sus pezones, succionando lentamente con los dientes aquellas piedras duras y empitonadas que tenia mientras sus manos comenzaban a recorrer de manera acelerada todo el tronco de mi miembro, derritiendome con sus rudas caricias.

Nuestros labios se volvieron a encontrar mientras sus manos seguian estimulando y palpando mi ereccion, recorriendo el tronco sin cesar a la vez que las falanges de mis dedos empujaban por el interior de su sexo provocando que se mojara mas aprovechando para tambien apretar y retorcer sus pezones buscando que endurecieran mas, chupando con los labios y mordiendolos suavemente con los dientes. Era tal la excitacion que Paula comenzo a liberar pequeños y hondos gemidos.

Bajamos cuatro peldaños y gire su cuerpo, obligandola a ponerse a cuatro patas, apoyando sus manos en la parte superior de las escaleras y tomando mi falo comence a penetrarla, empujando con fuerza contra el interior de su sexo tomando sus caderas con las manos para aumentar mas el ritmo y dar mayores sacudidas y embestidas contra su sexo. Paula solo daba pequeños quejidos que aumentaron hasta ser hondo y profundos gritos. Por mi cuerpo recorrian largos escalofrios que premonizaban una pronta eyaculacion. Me separe y bajando un par de peldaños me sente, y tomandola por las nalgas la agache hasta dejar su sexo a la altura de mis labios comenzando a comer su sexo.

Estaba humedo, calido, viscoso, mojado, mi lengua no cesaba de lamer sus labios vaginales, los cuales di par de mordiscos suaves pero buscando su excitacion. Mi boca se adoso a la altura de su clitoris y haciendo chupon sucionaba buscando que se erectara al maximo, tragando todo nectar que me regalara el interior de su sexo. A lo que correspondia dandomelo todo. Di un hondo y profundo respiro mientras vertia un poco mas, habia llegado un orgasmo precedido de espasmos que sus piernas no pudieron disimular. Se levanto y bajo los peldaños que nos separaban.

Giro su cuerpo, poniendo su espalda contra mi pecho y agachandose lentamente tomo con sus manos mi pene colocando frente a su sexo, meneando sus nalgas y comenzando a cabalgar. Su busto se movia como pocas mujeres habia visto mover. Las tome con las manos y procurando aumentar su ritmo y excitacion aprete sus pezones que aun seguian duros. Sus manos comenzaban a flaquear del ejercicio, y no daban a soportar la tension y el peso de su cuerpo para lo que apoye mis manos en sus nalgas ayudando a que se meneara con mayor rapidez, y aprovechando para tomar el agujerito de su ano para jugar con mis pulgares en el. Dilataba de manera perfecta lo que me sugeria pensar que su ano ya habia sido probado. Ensalibe mis dedos y moje insistentemente su agujero, buscando que lubricara para mi. Pero no me dio tiempo, sus piernas siguieron moviendose hasta encontrar mi ansiada eyaculacion a lo que agradecio siguiendo con el movimiento de caderas hasta el final, para luego levantarse y agachandose frente a mi lamio todo el flujo que mi sexo no habia vertido en su interior para tragar hasta la ultima gota de semen que aun quedaba adosaba. Dio una sacudida y bajando toda la piel que cubria mi glande acerco su lengua y mirando para mi lo lamio y sin levantar la vista lo trago.

Me miro y mientras me levantaba del suelo me pregunto si aun tenia tiempo y fuerzas para terminar en su apartamento, a lo cual acepte mientras le devolvia el sujetador.

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