Era media noche, estaba tumbado en cama escuchando musica cuando recordé la anecdota que me habia ocurrido por la tarde, abri la agenda y busque el telefono que habia apuntado. Escribi un mensaje y le di a enviar, gire el cuerpo sobre la cama quedando de medio lado esperando mientras seguía escuchando música sin la esperanza de que nadie contestara.
No tardo ni dos minutos en escuchar que el volumen disminuia paulatinamente, acababa de recibir un mensaje, quizas era ella. Abri el mensaje que me habia llegado del numero al que habia enviado antes un texto. Mi sorpresa fue positiva. Estaba esperando que lo hiciera, y habia tardado bastante, era cierto pues casi daba media noche por el reloj.
He de reconocer que siempre intentaba llegar al trabajo por la calle que viene por abajo para mirar a traves de la cristalera grande donde trabaja para verla, ver su reflejo, su silueta y mirar su cuerpo, saludar y entrar en el trabajo. Y descubrir que sus ojos me miraban a mi. Y aunque fuera un frio saludo contestarselo.
Aquella tarde estaba solo, recopilando cosas pues llegaba fin de mes habia que presentar la documentacion en pocos dias. Entro, era la chica de al lado. Solo acudia a buscar cambio de billetes y monedas para su jefa. "Tendras cambio de..." era lo unico que pronunciaba, salvo a veces un gracias y un "chao", aunque eran las menos.
Ojos de color miel, melena lisa de color rubio, que a veces era mas ocura, ondulada, riza... Cuerpo normal, pechos no demasiado grandes y un culo que siempre que me mostraba no dejaba de contemplar y deleitarme con los pantalones ajustado que traia, la mayoria de la veces eran leggings, mayas, etc. Pero siempre lo que fuera era ceñido y marcando.
Como siempre abri el cajon y le di el cambio como siempre. Lo sorprendente fue al guardar el billete que me habia traido, esa tarde ella tambien estaba sola, descubri que traia un telefono rotulado en color azul en una parte visible. Pase la mano por encima y se emborrono, lo cual solo podia haber sido ella. O tal vez no, por si acaso lo cual apunte.
Suponia que seria el suyo.
Volvi a escribir un nuevo mensaje y la conversacion fue fluyendo a la vez que la cantidad de mensajes se hacia frecuente y disminuia el saldo del telefono.
Al principio era mensajes absurdos:
-Hola, encontre por casualidad tu numero en un billete ¿quien eres?
·Soy la misma persona que fue a buscar cambio a tu negocio
-Estoy gratamente sorprendido, pero no entiendo porque no me pediste mi numero sin mas.
·Soy una chica timida, quizas habrias pensado que soy todo lo contrario.
Pero los mensajes se volvieron mas intimos. Insinuando que se habia fijado en que siempre miraba para la cristalera buscando alguien, y que mi cara se transformaba cuando veia la de su jefa. Pero la cosa fue subiendo hasta el punto que confeso que le atraia, y no para algo sentimental sino algo ocasional y esporadico. Lo cual me sorprendio y me excito.
·Se que tienes novia, y para mi no es un problema, ¿lo es para ti?
-Depende de lo que estes buscando...
·Quiero follar contigo, mi novio ya no me gusta, pero no se como dejarlo, ni se si quiero dejarlo, pero si se que quiero follarte y sentir tu polla en mi coño.
Aquello me habia puesto a cien, quizas a mil, pero si que estaba excitado, empalmado y con ganas de hacer realidad sus deseos. Solo habia que poner lugar, sitio y hora a nuestro encuentro y dejar suelto el desenfreno.
La noche fue transcurriendo, era madrugada mientras los mensajes seguian corriendo. Comenzamos a intercambiar mensajes con imagenes sugerentes, primero llegaron su sujetador, luego el tanga... para descubrir su sexo depilado y rasurado, lo cual para ser su trabajo tampoco me sorprendía. Y sin darnos cuenta acabamos calentandonos y practicando sexo telefonico, intentando calmar el calor que ambos habiamos ido aumentando con los mensajes, fantasias e imaginaciones que estabamos forjando tras tantos mensajes que habiamos intercambiando.
Pero la cosa no termino ahí. Habría pasado media hora, quizás seria un poco mas, en el telefono llego otro mensaje, era nuevamente ella. Su mano posaba su vientre mientras su dedo anular estaba dentro de su sexo. Y un texto que me invitaba a cambiar aquel dedo por mi miembro. Sorprendido y confundido mire la hora de envió por si se habría extraviado y había llegado con retraso, y revisando entro un nuevo mensaje insistiendo en si quería follar.
No lo dude, respondí preguntando sitio y hora. Me invitaba a su casa, acepte sin condiciones. Me levante de la cama y salí de casa en casa de sexo desenfrenado.
Llegue al portal y timbre. No hizo falta responder quien era, sus labios rozaron los mios, quizas sobraba aquellos besos en los labios, mis manos se posaron en sus pechos, presionandolos, a la vez que mi boca devoraba su cuello y orejas. Sus manos se encargaban de tocarme y sobarme en el pantalón, comprobando si la excita era extrema, bajo la cremallera y sentía las ricas caricias y sacudidas de sus manos que buscaban con desespero el tronco del miembro, lo saco y comenzaron sus caricias en el glande, no me pude resistir... y yo también baje las mías por su pantalón, escurrí mis dedos por dentro de su ropa interior hasta tocar su sexo, estaba rasurado, y muy mojada, lo que me hacia pensar que su vulva estaba mas que dilatada.
No me hice de esperar e introduci un dedo... dos, frotando con rapidez e intensidad su sexo buscando que llegara un orgasmo y se corriera frente a la puerta. llevabas un rato excitada antes de ahora. Su cuello recto y arqueado hacia atrás me permitía lamertelo y darle pequeños mordiscos, a lo que tus manos respondían sacudiendo con mas fuerza mi falo, mientras gemía y soltaba el bajo cálido de su garganta. Nos estábamos calentando, tanto que sentía un palpitar a la vez que se mojabas mas y mas, haciendo que me excitara hasta el punto de llegar a eyacular. Empape mis dedos con tu flujo, y para tu asombro saque la mano y chupe los dedos, insinuandote las ganas que tenía de comer tu coño. Lo mismo hiciste tu, nos miramos fijamente, sentí tus manos apretando mi pene y dando círculos con tus dedos en el glande la sacaste y también te llevaste los dedos a la boca. No tarde en desabrocharte el pantalon. Baje tu ropa interior, sacando también el resto de ropa dejandote completamente desnuda para mi y cogiendote en brazos te lleve a la cama.
Tumbada en cama tus manos se concentraban dentro de mi pantalón mientras yo acercaba mi adomen a tu rostro ofreciendote un juguete de carne y hueso que pronto te sacaria. Pero te dio tiempo de abrir la boca y ensalibar tu saliba con mis jugos. Chupabas con suavidad, saboreando la mezcla de liquidos. Y sacudias pero despacio y con delicadeza apartando hacia atras todo el prepucio limpiando mi mimembro.
Mis dedos tocaron por primera vez tus pechos. Tenias los pezones duros, empitonados... a los que de buen grado empece a darle caricias, retorciendolos y dándole tirones. Me acoste sobre ti y separando tus piernas, comencé a comerte el coño. Mis dedos separaban tus labios vaginales, y lamia y relamía tu sexo, sin dejar de darle caricias a tu clítoris que aprovechaba también para hundir la lengua dentro, mientras gemías para mi.
Tu sexo comenzaba a estar humedo una vez mas, el flujo hinundaba las paredes de tu vagina y tus labios, que con gusto y agrado no dejaba de lamer aquella textura viscosa, mientras mi lengua jugaba con tu clitoris, que notaba palpitar sabia que estabas a punto de explotar, no aguantaste y te corriste como en un abrir y cerrar de ojos. Me pediste cambiar el sitio. Acepte y ahora quien estaba atento de las caricias de tus manos y de los roces de tu boca era yo. Sujetaba tu pelo, apartando de tu cara y boca cualquier pelo que te pudiera molestar. Me gustaba verte. Pero no te deje que me hicieras eyacular. Por momentos apartaba tus manos, lo que te molestaba, pero otra vez volvías a darme sacudidas y chupadas con mas ainco y fuerza.
Me levante y obligandote a apoyar tus manos contra la pared, separe tus piernas. Primero te di unos roces sobre tus nalgas, y poco a poco me fui acomodando hasta hundirla en tu coño, no se si eran tus deseos o quizás que algo te dolió, pero un grito hondo y profundo salió de tu boca, así como los gemidos que acompañaban en cada empuje que te daba. Mis dedos rozaban tu clítoris para que tu placer fuera inmenso. Tanto que estabas sudando mas que yo. Mi pene estaba completamente mojado y humedo de tus flujos, las ganas de sexo conmigo no habian disminuido, quizas hacia tiempo que no habias tenido un buen polvo.
Pese a tus gemidos se podia escuchar el ruido húmedo de mi glande al penetrarte. En un par de sacudidas mas un gemido hondo con un grito de dolor me dio a entender que tu orgasmo era profundo.
Te agarre de las piernas y dejando que tus manos me rodearan del cuello te comencé a balancear. Era un dolor placentero las fricciones contra tu como apenas humedecido, lo que te hacia a ti gemir, gire tu cuerpo para que me pudieras ver con tus ojos. El sudor de mi frente caia sobre tu vientre mientras veia tus dedos sobando y asturbandote el clitoris a la vez que mordías tus labios con los dientes y cerrando tus ojos apretandolos conteniendo el dolor y las ganas de gritar. Pero te balanceaba mas y tus dientes dejaron de apretar y grito tras grito te penetraba mas fuerte hasta sentir como mi miembro palmitaba empezando a eyacular , derramando las gotas de semen dentro de tu coño. Abriste los ojos y expirando y resoplando de alivio me sonreías con cara de agotada. Nos vestimos, era media tarde. Al día siguiente un billete rotulado con gracias me devolvió la sonrisa y borro los temores que podía tener.
Hace 8 años